En el silencio de la noche, me envolvió el recuerdo de alguien a quien yo alguna vez quise más que nada en este mundo.
Sus manos fantasmales acariciaban mi rostro una y otra vez, hasta finalmente asirme con toda fuerza de la garganta, impidiéndome respirar.
Así fue como yo morí ahogándome en la melancolía, asfixiado por el espectro rencoroso de algún viejo amor, de esos que jamás perdonan.
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Mini-Historias de Terror
KorkuPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...