Los impíos, los incrédulos, insisten que Tú solamente eres una creación de la mente mía.
Yo en cambio tengo fe en ti, Señor y Dios mío.
Sé que sólo tu Voluntad es lo único que importa, y por eso estoy dispuesto a cumplirla hasta el final, sin remordimiento alguno.
Así que alzó el cuchillo en alto, e ignoro las súplicas cobardes de este hijo mío que no he aprendido a amarte y adorarte como es debido.
Por eso mismo, amado Señor, yo te lo ofrezco ahora en sacrificio.
Sin remordimientos.
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Mini-Historias de Terror
HorrorPorque no hacen falta muchas palabras para producir el más hondo de los escalofríos... He aquí una colección de breves, brevísimos relatos de terror y misterio...