Capítulo 6: Enamoramiento o amistad

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Los días y las noches en Whitehall eran tranquilas

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Los días y las noches en Whitehall eran tranquilas. Parecía que todos en el castillo dormían arrullados por la suave brisa que removía las aguas del lago. Al menos para Kenshiro, el lugar era tan cálido y apacible que resultaba hasta irreal. Pues, el Castillo de Hannover, bautizado como Castillo Sonne estaba construido para atemorizar a los demás. Desde la distancia podía verse como se desprendía de las entrañas de una montaña, así que lucía inexpugnable. En cambio, el Castillo Dacourt de Whitehall daba la bienvenida a todos. Aun con todo ese ambiente que tentaba a dormir profundamente durante más de seis horas, Kenshiro no podía apagar sus sentidos por completo.

El cielo aún no se había aclarado, pero Kenshiro ya estaba despierto y listo para empezar su día. Han se levantaba incluso una hora antes de él, por lo que para ese momento ya le había entregado toda la correspondencia que llegó para él. Normalmente la correspondencia rápida era enviada por medio de palomas entrenadas entre todos los reinos, pero los tratados o cartas largas debían de viajar con un mensajero a caballo, lo cual demoraba días si apenas se descansaba lo suficiente.

En sus manos tenía una larga carta de su madre que había demorado en llegar. Abrió el sobre, soltó un suspiro pesado. Estaba abrumado, no solo por la misión que tenía entre sus manos, sino por las consecuencias una vez que logre atrapar al culpable. Por otro lado, no se entendía así mismo. Cuando conoció a Ancel, lo juzgó de atrevido e inmoral, pero ahora, él mismo estaba sobrepasando la línea de cortesía. Y, aun así, no podía detenerse, se sorprendía así mismo queriendo envolver a Ancel en sus feromonas para alejar a todos sus pretendientes.

Luego de beber un poco de agua, extendió la carta de su madre y empezó a leerlo. La carta estaba escrita en los ideogramas de la casa real que se usaban en Taiyou. Aunque ambos hablaban el idioma de Hannover, que era el idioma que todas las casas reales debían de aprender por obligación, preferían comunicarse entre ellos en el idioma de Taiyo y cuando escribían cartas usaban ideogramas específicos que nadie más entendería. Ella le narraba la situación en la corte de Hannover. Al parecer, era un poco caótica. Algunos ministros y lores estaban molestos y en desacuerdo de que el príncipe Kenshiro no estuviera ocupándose de sus deberes en la corte o en las fronteras como lo hacía antes. Sobre todo, porque había movimiento en la frontera Norte.

En las siguientes líneas, su madre le comentó que las otras consortes estaban intentando empujar a sus hijos, planeando alianzas matrimoniales con otras familias de la realeza o casas nobles. Su siguiente hermano en la línea de sucesión era un alfa de 17 años, bastante orgulloso. Su nombre era Anton Sonne. La madre de este príncipe era la tercera consorte en importancia del emperador Sthephano, hija de una ministra alfa de la corte de Hannover. Nacido y crecido en el castillo principal de Hannover, Anton tenía un linaje 100% propio de la capital; además de un notable parecido físico a Sthephano, por lo que era también uno de los príncipes favoritos de los ministros y pobladores, sobre todo de la capital. Así que podría decirse, era su principal rival.

Esa rivalidad extrema no era algo inusual en la historia de Hannover y otros imperios en la historia. Los príncipes provenientes de diferentes madres no podían quererse como hermanos de verdad porque, prácticamente, desde que nacían se convertían en enemigos que debían de luchar por el trono. Posiblemente, cuando uno se coronara rey, enviaría a los otros hermanos rivales al destierro, en el mejor de los casos.

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