Capítulo 73: Emperador de Hannover

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Luego del recorrido y bienvenida del pueblo, Kenshiro y Ancel llegaron hasta las puertas del castillo imperial de Hannover, el castillo Sonne erigido en la montaña, tan enorme como atemorizante y con ese halo de antigüedad y soledad, a pesar de las numerosas personas que vivían dentro. Fue construído por los últimos reyes de Hannover, pero terminado durante el gobierno del primer emperador de Hannover, Alaid Sonne. A pesar de llegar con Kenshiro a su lado y de ostentar el título de emperador consorte, Ancel sentía que estaba por ingresar a las fauces de un gran monstruo. Ya había estado dentro de este enorme castillo, aun así, no pudo evitar presionar más la mano de Kenshiro.

Las pesadas puertas se abrieron, permitiendo el ingreso de Kenshiro al lado de Ancel.

—No te preocupes, amor mío, este será nuestro hogar y de nuestros cachorros.

Ancel solo asintió, mantuvo su compostura digna y elegante, pero internamente estaba nervioso. Aún no habían hablado de cuánto tiempo se quedarían. En el plan inicial solo iban a ser unos dos meses, porque Ancel aún debía de ser coronado como rey en Whitehall, pero al estar preñado, la situación podría cambiar. Ya tenía cuatro meses y medio, su vientre estaba ligeramente hinchado, pero aún se perdía entre su capa.

No había noche en la que Kenshiro no le hablara a su cachorro y le deseara dulces sueños, algo que caldeaba el corazón de Ancel.

Llegado a este tiempo, la sanadora dijo que todo iba bien, el cachorro parecía haberse asentado en las paredes de su matriz y que crecía de forma normal. Por lo que les había dado permiso de hacer el amor, siempre que no fueran prácticas extremas. Ancel sospechaba que Kenshiro quería "estrenar" la habitación imperial de esa manera. No podía negar que también deseaba aquello, sus sentidos se habían afinado, más en estos meses y su deseo por su alfa había aumentado; además, la idea de estrenar la habitación le agradó, pues sería una forma rápida de marcar aquel territorio como su nido.

Bajaron del carruaje, justo frente al gran salón del trono. La corte que había permanecido ahí ya estaba presente. Una vez frente a las grandes puertas del salón del trono, Ancel se sintió mareado ante tantos aromas presionando contra ellos, pero pronto el aroma de su alfa le envolvió, tan potente que bloqueaba todos los aromas desagradables.

El gran anuncio de su llegada fue ensordecedor, escuchó el revuelo. Ambos comenzaron a caminar, tomados de la mano. Los representantes de cada reino vasallo estaban presentes, al igual que todos los funcionarios y líderes familiares. Cerca al trono estaba Meiyoung como la emperatriz madre, quien tenía una mirada tan satisfactoria como si la emperatriz gobernante fuera ella. Detrás, se encontraban los diez consortes oficiales de Kenshiro, liderados por el consorte imperial Ryu Endo.

Sin embargo, Kenshiro no los observó, seguía tomando la mano de su amado, con la mirada al frente, hacia el gran trono. Esta era su primera presentación. La boda y la coronación serían en dos días exactamente para finiquitar todos los detalles, pues querían que fuera una celebración monumental junto con el gran anuncio de que el heredero al trono se gestaba en el vientre de Ancel.

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora