Capítulo 63: ¿Todo sea por la paz?

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Ancel tenía tanto miedo de encontrarse con la mirada de Kenshiro

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Ancel tenía tanto miedo de encontrarse con la mirada de Kenshiro. Pero, sabía que tenía que enfrentarlo. Seguramente, afuera, los demás miembros de la Federación estaban tan confundidos como ellos. Los chismorreos empezarían y él tenía que confrontarlos. Como líder de la Federación tenía que dar la cara ante los que habían llegado. Sin embargo, antes tenía que enfrentar a Kenshiro, a quien consideraba su alfa, a quien estuvo a punto de aceptar casarse de una vez, con quien quería pasar el resto de su vida.

De repente, el alfa se acercó, lo envolvió en sus brazos y apretó su cuerpo con fuerza. Sintió su respiración pesada y un rugido ronco en su pecho. Lo sintió desesperado, frustrado, rabioso.

—No es cierto. Yo soy tu alfa destino. — Sentenció Kenshiro. — Eres mío, Hazam solo está intentando confundirte para hacer que me traiciones.

Soltó las lágrimas que había contenido. Porque él también quería aferrarse a ello, pero no estaba completamente seguro.

—¿Y si es verdad? — Tuvo que preguntar.

Kenshiro se separó, pero sin retirar sus manos de sus brazos. Lo enfrentó.

—¿Por eso eran tus dudas? ¿de verdad tienes dudas? — la voz del alfa se tornó más ronca. —¿Sientes algo por él?

—No es eso...no siento nada por él. Pero...

—¿Pero?

Las feromonas del alfa eran tan abrasivas y dominantes, que cualquier otro omega estaría arrodillado en llanto o desmayado.

—¿Y si es cierto que poseo la habilidad de emitir una compulsión? La investigación de Adrien ha evidenciado que en la mayoría de los leones... pareciera que sus destinados son otros leones. El príncipe Hazam dice que los leones y los dragones nunca han sido destinados...

—No me importa. — Cortó el alfa.

—¿De verdad no te importa si usé la compulsión contra ti? ¿no te importa si lo que sientes por mí es solo una fantasía?

No quería que su voz sonase tan quebrada, pero no podía evitarlo. Tenía miedo de que esta habilidad fuera real.

—No creo que sea posible que una compulsión me haya hecho amarte, Ancel. — Replicó el alfa, atento a la reacción de su omega. — Menos a mi dragón aceptarte. Los dragones no son criaturas fácilmente manipulables. Incluso, tuvimos problemas en conectar nuestros instintos. Si de verdad estuviera bajo una compulsión ni siquiera hubiera sentido algún peligro hacia ti ¿no?

Esas palabras le daban esperanza a Ancel, pero aún tenía temor de la verdad.

—Adrien dice que quizás es más que nada una atracción lo que hace la compulsión. — Comentó el omega. — Hay muchas cosas extrañas en los textos en la forma de vida de los antiguos leones... pero sí es cierto que leones peliplatas y dorados se han unido...

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora