Crónicas de Amor y Guerra [ABO]

Capítulo 94: La corona del dragón

Habían caminado por horas, o al menos esa era la percepción que Adrien sentía. Los pies y las pantorrillas comenzaban a hincarle y a adormecerse. Sus brazos estaban alrededor de Daiki, al cual tenía cargado por medio de una faja. El niño estaba durmiendo, y cuando veía que estaba por despertar intentaba susurrarle y cantarle. Ancel lo había envuelto con sus feromonas, al igual que las mantas y la faja para que el niño se adormeciera. Normalmente Daiki dormía la noche completa, pero el estar en constante movimiento no le dejaba dormir bien. Tenía miedo de que el niño despertara y no pudiera calmarlo. A pesar de las circunstancias intentaba que su intranquilidad no se reflejara en sus feromonas.

El grupo era dirigido por Yeda, un poco detrás, un guardia oscuro de Kenshiro lo acompañaba, luego seguían Arslan y Timothee. Yaya, a su lado no había protestado en lo absoluto, Alice, como sanadora iba a su lado por si se presentaba alguna eventualidad médica, la nodriza iba a su lado.

Detrás de Adrien, caminaba el grupo de Meth, la familia de Han: Mientras Meth cargaba a Taisha, Amir cargaba a Keiran. Siendo que los niños eran lo más vulnerables ocupaban el lugar de en medio. Ryu caminaba al lado de Meth y su hirviente Hayoon iba a su lado, aferrado a su brazo. Por detrás, iban María, Ashford y Mathías y los otros guardianes para cerrar el grupo y proteger la retaguardia. Adrien pensó en algo: Myak, la que se decía era prima de Han, no estaba con ellos, aunque la vio despedirse de Han.

¿Qué había pasado con ella? concentrado en la situación no había pensado en ello antes.

—Cuesta abajo. — Anunció Yeda.

Apretó los dientes. Con ayuda de Yaya y Alice, caminó cuesta abajo, intentando no resbalar. Ryu y Hayoon ayudaron a Meth y Amir a descender lentamente. Se preguntaba qué estaría sucediendo, cuánto realmente duraría esta batalla ¿horas? ¿días? o ¿semanas? no quería pensar en que fueran meses o más que eso... El barco de Gaul solo esperaría una semana y luego partiría para llevarlos hacia la Federación. Tenía miedo de recibir las peores noticias.

Se suponía que el ataque y asesinato de Yamamoto sería rápido, por eso habían fingido esta competencia, ya que al declarar una guerra abierta, las fronteras se hubieran cerrado y tampoco sabían cuantos espías asesinos Yamamoto tenía en Hannover.

Por su parte, Adrien había plantado una pequeña semilla en alguien importante, aunque no sabía si terminaría germinando. Sabía que los Reinos Vasallos solo habían enviado soldados esclavos a Ken, demostrando su desconocimiento como líder. Sin embargo, Adrien creyó que era mejor si al menos lo intentaba.

—Han pasado alrededor de cinco horas. — anunció Yeda. — Debemos estar a seis horas del punto de descanso y de ahí otras ocho horas de caminata.

Nuevamente la sensación de estar encerrado al lado de personas con feromonas poderosas le quitaba el aire, pero entonces Yaya, frotó su brazo y le envolvió con sus feromonas. Se sintió familiar y tranquilo con ella. Se preguntaba por qué, tenía el presentimiento de que ella era una leona que no había despertado aún. Los zorros y lobos se sienten familiares a los leones por sus lazos antiguos, al menos con los que tienen buenas intenciones. Recordó a Stephano y Anton, quienes le aterrorizaban. Especialmente a Anton, por quien se alegró de ver su cabeza colgada en la puerta de Heith.