Capítulo 97: Esclavo del destino

155 17 76
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Adrien había sentido las feromonas de Ancel llegar, eclipsando todo a su alrededor, pero sabía que con él también llegaba Ethan. Estaba retenido por las cadenas de pies y manos, además de que era, prácticamente, cargado por Carax, el más temido de los guardianes oscuros del emperador. Había sido subido boca abajo a un caballo, sentía la piel de las muñecas escociendo por las heridas que no cicatrizaban, su mejilla reventada ardía y dolía y el estómago revuelto por la falta d ecomida, agua y por el golpeteo de la posición en que se encontraba.

El grupo entero del emperador cabalgó hasta una de las residencias posteriores, hacia una de las puertas traseras que daba al bosque de bambú. Meth, Arslan y Timothee iban cada uno en diferentes caballos, siendo custodiados por un guardián oscuro, los cuales no se encontraban mejor que Adrien. Mientras tanto, Meiyoung estaba montando su propio caballo, mientras el emperador Yamamoto dirigía al grupo.

Adrien suplicaba a los cielos porque Ancel y los demás lleguen a ellos antes de que los sacaran del palacio. Se sentía culpable de haber siquiera emitido feromonas de miedo y asco cuando tuvo las manos de aquel guardián encima. Pudo sentir la desesperación de Han por liberarlos, su confusión sin saber qué hacer. Con ello, el emperador Kenshiro no había podido avanzar más. Pero, también oyó los estruendos de afuera, vio la muerte terrible del emperador consorte Eun. Se sentía aterrado de lo que podría pasarle si eran llevados lejos. Sentía que para el emperador el mayor peligro era el propio Ancel y Hazam, por lo cual era posible que él fuera uno de los capturados del que no se desharía fácilmente e incluso quizás sería asesinado como Eun para afectar a Ancel y a Han.

Mientras más avanzaban, Yamamoto reunía una mayor cantidad de soldados y guardianes que habían estado desperdigados por el gran Castillo. Finalmente, se detuvieron cerca de una residencia lejana.

—Hija, necesitamos a tu guardia fenix para abrirnos camino hasta la playa. Y de ahí partiremos a la isla Ryu.

—Sí, padre

Había olvidado que en los libros de historia se decía que el clan fénix y el clan dragón tenían su hogar ancestral en una isla. Hace muchas generaciones, llegaron desde aquella isla hasta el continente. Adrien se sintió aún más nervioso. Si era llevado a esa isla ¿qué pasaría con él?

Meiyoung bajó de su caballo, se acercó ante la residencia donde un guardián estaba parado custodiando y mostró su placa de fenix.

—¡La ama ha llegado y clama por todos!

La guardia fenix reverenció en automático a la princesa Meiyoung en perfecta armonía, todos ellos pertenecían en cuerpo y alma a su princesa y ama. El día que ella muriera, si no nombraba a un fenix omega como heredero, entonces se quitarían la vida para seguirla.

Yamamoto celebró internamente, mientras los capturados se estremecieron de terror. Eran bastantes guerreros los que se podían ver y salían de la residencia, comportándose como perfectos autómatas, a la misma vez, presentaron una nueva que marcaba su sometimiento a la autoridad de Meiyoung.

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora