Capítulo 106: Intrigas en las sombras

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Los días previos a la gran mascarada por el cumpleaños del príncipe Jhon se consumían demasiado veloces, totalmente caóticos, casi sin darle tiempo de respirar

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Los días previos a la gran mascarada por el cumpleaños del príncipe Jhon se consumían demasiado veloces, totalmente caóticos, casi sin darle tiempo de respirar. Sin embargo, un día recibió la feliz noticia de que su mejor amigo había sido rescatado y que ya se encontraba en Taiyou, pero dicho reino era tan enorme que aún tardarían alrededor de dos meses para que Adrien llegue a la capital de Taiyou para reunirse con Timothee y pueda embarcarse hacia Whitehall. Aun así, su alma sentía un gran alivio de saber que su mejor amigo estaba a salvo. De inmediato, escribió a Kenshiro agradeciendo, siendo cariñoso, exponiendo su corazón y pidiéndole por favor que se diera prisa.

Quizás no era justo pedirle eso, pero estaba resultando insoportable para él tener que pasar tanto tiempo lejos de su alfa. Su espíritu animal estaba inconforme con tener que soportar que todos crean que su alfa no lo ama. Los leones son gregarios y les gusta mantener a su familia reunida. Pensó que sus palabras llevarían a incentivar a Kenshiro a darse prisa o al menos a escribirle un mensaje corto, pero amoroso de consuelo.

Pero, el mensaje que recibió de respuesta le parecía insuficiente, era más como una sentencia, como un: "deja de molestar, yo sé lo que hago, solo confía en mí".

"Eres mi único amor, Ancel, pero debes saber que los rumores empeorarán. Espero puedas confiar en mí. Dirán que el emperador consorte es mi verdadero amor, que estoy pasando la noche con otros y sucederán más cosas. Debes creer solo en mí, porque incluso de cara a tu gente de la Federación seguiré aparentando. Debes confiar en que todo esto es para cumplir con mi promesa. Espera las cartas del mensajero, ahí te expongo a detalle mi plan. También deseo verlos, pero este plan toma su tiempo y no puedo apresurarlo. Debes tener paciencia, mi amor. Sobre Adrien, te aseguro que llegará con bien hasta ti"

Habían palabras de amor, pero se sintieron un poco distantes. Recordaba las viejas cartas y mensajes que Kenshiro le escribió en aquel entonces cuando estaba en guerra con Rouran, eran diferentes, eran más apasionadas y devotas. No había leído todas porque las quemó en un ataque de furia y se arrepentía, deseaba leer ese tipo de cartas y mensajes en las que Kenshiro le exponía su corazón. Aunque, se suponía que llegarían sus cartas dentro de poco, temió que incluso en estas no fueran tan afectuosas.

Su malestar empeoró cuando rápidamente, una semana después, llegaron noticias desde Taiyou: "El Emperador Consorte Ryu Endo está preñado del Emperador Kenshiro".

"A eso se refería con que aumentarán los chismes...pero esto es demasiado"

Este embarazo de Ryu se suponía que era mentira, rezaba porque lo fuera, debía de confiar en que Kenshiro no estaba mintiéndole. Sin embargo, le dolió, no pudo evitar sentirse herido y humillado. Porque, acompañado con ello, se decía que el emperador se la pasaba el día consintiéndolo, que lo tenía viviendo y durmiendo en su habitación personal. Por supuesto, toda esa información había llegado a todas las cortes de la Federación y al pueblo. El escándalo crecía y su vergüenza también.

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora