Capítulo 39: El decreto que cambió la historia.

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Era un ambiente completamente tenso y sofocante, Ancel y Ashford se sentaron frente a la emperatriz y el príncipe Akimitsu, tío de Kenshiro y futuro emperador de Taiyou

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Era un ambiente completamente tenso y sofocante, Ancel y Ashford se sentaron frente a la emperatriz y el príncipe Akimitsu, tío de Kenshiro y futuro emperador de Taiyou. Como tal, ambos tenían presencias poderosas que buscaban la sumisión del resto. Ancel sentía como ambos lo desaprobaban de pies a cabeza, pero también era consciente que estos se sentían tensos a razón de la oferta del emperador. Y es que, Taiyou estaba cerca de liberarse de la tiranía de Stephano a través de Kenshiro. Más allá de aprobarlo o no como esposo de Ken, lo que interesaba a la emperatriz y su hermano era saber qué tan conveniente era cambiar su plan para aliarse con él. Incluso la emperatriz, aunque amaba a su hijo, siempre preferiría el bienestar futuro de su reino de origen por sobre su hijo.

Realmente tenía que esforzarse en su oferta. Había meditado cómo vender esta para el tratado ante una dinastía que parecía tener un camino trazado. Era claro, si Ryu Endo se convertía en el emperador consorte de Kenshiro, sería como si Taiyou se apropiase de Hannover, ya que el descendiente de ambos tendría más sangre de Taiyou que de Hannover. ¿Cómo podía superar esa posibilidad?

—Emperatriz, príncipe Akimitsu de Taiyou, soy el líder de la Federación de Reinos Independientes, por lo cual, represento a todos los Reinos Independientes, de los cuales el emperador quiere su fuerza. En estos últimos años nuestra fuerza militar ha crecido, mientras hemos mantenido estable nuestra economía, por lo que en una confrontación contra el emperador tendrá ambos apoyos. Y, en el futuro, podemos ayudarnos mutuamente para que el Imperio y Los Reinos Independientes vivan una era de paz.

El príncipe Akimitsu observaba a Ancel con atención, analizando cada pequeño micro gesto en su rostro. Luego, su mirada viró hacia su sobrino para notar cuán atento estaba el alfa de aquel príncipe omega. Finalmente, su atención recayó en Ashford.

—El príncipe de Path es su supervisor ¿no es así? — Cuestionó con esos ojos afilados y mortales. — ¿Qué tarea tiene? príncipe Ancel, ¿realmente puede decidir a nombre de todos los Reinos Independientes? Porque si tiene a otro príncipe supervisándolo, entonces su poder no es absoluto. — Sentenció, su mirada volvió a enfocar a Ancel con severidad. Sus feromonas no decayeron, seguían demostrando una posición dominante.

Explicar la clase de poder que tenía era algo para lo que se preparó, pero ante esa mirada resultaba tenso explicar que fue elegido por votación. Los príncipes imperiales no lograban comprender ese tipo de poder, parecía como un insulto.

—Príncipe Akimitsu, Ancel tiene más legitimidad que cualquier otro rey o príncipe, ha sido elegido por los demás reyes y príncipes herederos como nuestro líder porque confían en que sus decisiones serán las correctas, confiamos en que siempre escoja lo mejor para nosotros y, de igual forma, será para Hannover si deciden formar esta alianza. Además, el pueblo de todos los Reinos Independientes lo ama. Amarán al príncipe Kenshiro si se casa con él. — Aunque Ancel sabía que le costaba decir aquello a Ashford, la voz del alfa se escuchó con firmeza. — Mi deber como supervisor es notar el daño que pueda llegar sobre Ancel antes que él. Le soy completamente leal y confío en sus decisiones. No hay persona en quien más confie.

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