Crónicas de Amor y Guerra [ABO]

Capítulo 115: El camino que escogimos

Su llegada a Whitehall estuvo llena de anhelos y ansiedad, aunque, por fuera solo mostraba seguridad y frialdad. Era el Ejecutor Imperial de Hannover, había sido condecorado por su lealtad, gracias a lo cual pudo brindar la libertad a sus padres, poco a poco, le daría la libertad al resto del clan Corve. Estaba en un momento crucial de su vida y no podía hacer nada que pudiera arruinarlo. Debía solucionar el problema de Andy pronto.

Cuando llegaron a la avenida principal, pensó ver a Adrien detrás del Emperador Ancel, pero él no se encontraba en ninguna parte. Tuvo un mal presagio. Se suponía que llegó sano y salvo ¿había sido marginado de toda la corte? Una vez en el palacio, una parte de él estaba atento al movimiento de los prisioneros, pero otra parte, la más instintiva, estaba en búsqueda de Adrien. Él no apareció por ningún lado. Incluso notó a su familia, a Ethan, a Timothee, pero no a Adrien. Luego, el príncipe Daiki murmuró el nombre de Naim, confirmando que Adrien estaba en sus aposentos ¿por qué? ¿estaba enfermo? Aunque no tuviera un cargo, como noble debería estar con el resto de su familia.

El juicio duró varias horas, entre lo que contó la ex líder de la Franja Solitaria, quien en algún momento les dedicó una mirada. Meth, a su lado, se puso detrás suyo en respuesta indirecta. En ese momento, Meth era un noble, pero había traumas que no podían ser disueltos fácilmente.

Al finalizar el juicio, recogieron a sus cachorros que habían estado en el patio durante el juicio, luego envió a sus guardianes a llevar a su familia a la residencia designada.

Reunió un poco de información proveniente de sirvientes de bajo rango. Aparentemente, Adrien no salía de su habitación desde que llegó, estaba hospedado en la residencia personal del Emperador Ancel, junto a Naim. Su familia, el príncipe Ashford, Ethan y Ancel le visitaban, pero él no salía. Todos decían que aún estaba deprimido por lo que pasó en su cautiverio. Se murmuraba que pronto se marcharía a un lugar más tranquilo para su recuperación emocional. Solo estaba ahí para apoyar con el caso de Andy y para cerrar algunos temas con el registro de Naim como su cachorro.

La urgencia aumentó. No correspondía al Adrien que enfrentó a Lord Turan. ¿Cómo que había quedado traumatizado al punto de retirarse?

Luego de terminar sus labores, Meth se reunió con él a las seis, le pidió buscar la forma de ver a Andy, así que intentaron que les dieran permiso, pero les fue negado. El vigilante les mencionó que debían obtener la aprobación del Emperador Ancel, pero este se encontraba ocupado junto al emperador y su cachorro.

Según la información que recolectó y la actitud, sintió que Andy podría haberse escapado, lo cual podría indicar que tenía a alguien poderoso respaldándolo. Meth se puso más nervioso, así que tuvo que calmarlo. Luego, se ocuparon de sus hijos, hasta que quedaron dormidos.

Alrededor de las nueve de la noche, Meth se fue a visitar a Ryu, así que aprovechó que sus hijos dormían para salir al jardín cercano. Siendo el ejecutor imperial de Kenshiro podía caminar casi por todos lados en Hannover y Taiyou, pero este no era su territorio. No podía entrar a los aposentos de Adrien sin que le otorgaran permiso.

Estaba nervioso, no solo porque no le daban razón de Andy, sino porque sentía algo extraño revolviendo su pecho, su instinto demasiado inquieto. Quería ver a Adrien con una urgencia alarmante, su pantera interna le estaba empujando a olvidarse del decoro y buscarlo. Según la información que obtuvo, el omega debería de estar en su habitación dentro del ala privada del Emperador Ancel. Al final, no pudo resistirse, caminó hasta el ala de la residencia del Emperador Ancel para solicitar permiso para ver a Adrien.

—Es cierto, Lord Leroux está hospedado en la residencia del Rey Ancel. — Dijo el sirviente principal de aquellas habitaciones.

—Anúnciame. — Exigió.