Capítulo 50: Reencuentro sangriento

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Partiría pronto, al igual que sus hermanos, hacia la frontera para enfrentar al dragón de Occidente

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Partiría pronto, al igual que sus hermanos, hacia la frontera para enfrentar al dragón de Occidente. Como era usual, ingresó al Palacio del Harén. Sentado en su trono observaba a sus dos cachorros, gemelos alfa, dos preciosos niños de cabellos blanco, dignos herederos de su linaje. Todos los alfas de la dinastía Hunnin tenían ese tipo de cabello. Y los que no nacían bendecidos, no tenían derecho a la herencia. Pero casi nunca sucedía cuando provenían de omegas de buen espécimen. Los dos niños estaban practicando con sus espadas de madera, apenas tenían dos años.

—Los extrañaré. — Susurró tímidamente su consorte primera, la omega que los había parido. Su prima, hija de su tío, el gran príncipe Abad Hunnin.

Pero, no tenía el título de consorte primera porque se hubiera casado con ella, realmente, el matrimonio en Gaul no se llevaba a cabo como en Hannover o los demás reinos, en realidad, se había dejado de practicar hace generaciones. Los alfas no se casaban con los omegas, no se casaban con nadie. La omega simplemente le fue entregada y se ganó su lugar de "consorte primera" por parir a los gemelos alfas. Todos los omegas que pertenecían a familias importantes eran entregados y, una vez dormía con ellos, se convertían en "concubinos de alto rango", solo obtenían su título cuando parían un cachorro alfa.

—No digas tonterías. Es su glorioso destino. — Intervino la consorte primera del actual emperador, la madre de Hazam. — No puede quedarse aquí más tiempo.

El harem imperial era un gigantesco palacio propio con todas las riquezas y comodidades que se pudieran imaginar. Tenía sus propias cocinas, salones, bibliotecas, piletas, jardines donde se plantaron variedades de diferentes lugares del mundo. Ahí vivían todos los omegas de la realeza y nobleza, atendidos en todas sus necesidades por sirvientes y esclavos betas. Solo que existían diferentes pabellones según a qué miembro alfa pertenecía tal o cual omega. Donde se encontraba Hazam, era donde vivían todos sus omegas y cachorros. Los cachorros omegas continuaban viviendo en la residencia del harén con sus madres para ser educados, mientras que sus cachorros alfas serían separados para acompañar a los alfas de la familia y recibir el entrenamiento adecuado.

—Lale aún es un poco inmadura. Pero, decidiste que fuera la primera en quedar preñada. —Indicó su madre como si fuera un regaño.

—Madre...cállate. — Silenció con un gruñido. No importaba si era su madre, era una omega y debía conocer su lugar. — Solo puedes opinar cuando te lo pida, omega.

Su madre, como consorte primera de su padre, vivía en el pabellón del Harén que pertenecía al actual emperador, pero podía ingresar a todos los pabellones del Harén Imperial, como la omega con mayor estatus. Estaba bien para ella disciplinar a los demás omegas del harén, pero Hazam no podía permitir que ella se atreviera a fastidiarle

—Vine aquí para relajarme, pero tú fastidias mis oídos. Lale es una buena omega. —Acarició la cabeza de su omega y ella ronroneó complacida como una mansa gatita.

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora