Crónicas de Amor y Guerra [ABO]

Capítulo 111: El nuevo emperador

La noticia de la muerte del emperador Yamamoto llegó a la corte de Taiyou y de Hannover en unos días. Desde ahí, no tomó demasiado para que se expandiera por todo los reinos.

"El emperador dragón había vencido al viejo dragón y se dice que lleva en su lanza su cabeza"

Los viejos líderes habían caído, Stephano y Yamamoto, bajo la mano del mismo alfa, reafirmando su superioridad como emperador de Hannover. Además, se difundió que los clanes ancestrales de Taiyou que vivían en la isla se habían sometido a su mando con un solo rugido. Cuando venció a Stephano, Kenshiro tenía el respaldo de su propio ejército formado con los años, con el apoyo de fragmentado de Rouran, pero esta vez, el imperio de Taiyou era suyo por derecho de sangre y de fuerza, ya no tenía que pedirle al gobernante de turno que le apoyara.

Esto convertía a Kenshiro en el real amo y señor de Taiyou, y que quien se siente como emperador sería simplemente su designado, su inferior, su marioneta. Después de todo, Kenshiro también pertenecía a la familia real y tenía derecho a su herencia. Además, el rumor de que era reencarnación del mítico emperador Asahi se había difundido legitimando su poder.

El reino de Taiyou celebró la caída de Yamamoto, los señores de cada provincia encendieron fuegos artificiales en honor al joven emperador para congraciarse con él.

Antes de la caída de Yamamoto algunos reinos le habían comentado a Akimitsu que quizás deberían buscar su separación de Hannover, pero Akimitsu lo negó. Tras la caída del viejo dragón, intentar separarse de Hannover se veía muy lejano y quizás inutil.

A la Federación la noticia llegó en poco más de una semana. Ancel ordenó que se celebrara la victoria de Kenshiro. Después de todo, oficialmente, eran esposos y como tal debería de reconocerlo. Además, acordó con Javier, Ashford y su equipo de prensa que se difundiera que Yamamoto los había ofendido, tanto como miembros de la Federación como personalmente.

No tardó en que todos comenzaran a creer que parte de la furia del joven emperador para acabar con su abuelo era la ofensa a su consorte. ¿Todo había sido una pantomima para confundir al viejo dragón? Era una idea no confirmada, pero susurrada en los salones, bares y restaurantes.

Faltaba tan solo un día para la celebración de la ceremonia de ascensión de Ancel y Ashford. Por lo cual, se había desplegado una estrategia de vigilancia por si el asesino se colaba e intentaba asesinarlo. Sin embargo, también había enviado a los guardianes oscuros para reunir información en las habitaciones otorgadas a la nobleza y realeza. Las habitaciones de Lucke y de la corte de Westminster estaban fuertemente vigiladas.

Los espías también vigilaron la cantidad de comida que se preparaba e ingresaba y esta no había variado demasiado.

Entonces, decidió que el mismo día de la coronación donde todos se enfocarían en aquel evento, se vigilaría y se capturaría a Andy. Estaba convencido de que Andy estaba dentro del palacio, quizás camuflado, vestido de otra forma, quizás escondido detrás de un baúl comiendo migajas.