La boda entre Meiyoung y Stephano no dejó tranquilos a ninguno de los emperadores. Stephano no tardó en casarse con su amada Beatrice; en una semana, ya la había desposado y nombrado su primera consorte, con lo cual obtenía el título de princesa imperial consorte, quien ascendería junto con Stephano como emperadores de Hannover. Por lo cual, tanto el emperador de Hannover como el de Taiyou esperaban que la princesa Meiyoung hubiera quedado embarazada, pues eso aseguraría una paz más estable. Las semanas transcurrieron sin tregua. Al cumplir las primeras cuatro semanas, el sanador imperial de Taiyou examinó a la princesa. Entonces, Meiyoung y el sanador imperial de Taiyou anunciaron que ella estaba preñada. Se celebró en Taiyou largamente. Al recibir la noticia, el emperador de Hannover, ordenó una celebración en la capital por el advenimiento del heredero del imperio. Por supuesto, tal suceso no fue celebrado por Stephano, quien no podía creer que la hubiera embarazado. Sin embargo, toda su concentración se la llevó Beatrice que entró en una crisis de angustia y dolor por tal noticia.
Mientras Stephano se concentraba en su omega, esa misma noche, en el Palacio Imperial de Taiyou, Meiyoung citó a su hermano en privado.
—¿Qué sucede? ¿No te cuidan adecuadamente? — Preguntó Akimitsu. — Al final tuvimos éxito. Y es mejor si el cachorro es criado aquí y no en la corte de Hannover. Podremos cuidarlo y entrenarlo a nuestra manera.
A pesar de su amabilidad y voz amigable, la mirada de su hermana era dura.
—Sé muy bien que odiarías a un cachorro de Stephano. — Comentó ella con una expresión seria.
—Es mi sobrino, por supuesto que no lo odiaré, aunque ojalá se aparezca más a ti... — Replicó el príncipe.
La muchacha se acercó a él y alzó una ceja.
—Puedo ver que mientes. Por supuesto que lo odiarías porque yo misma lo odiaría. — La voz de la muchacha cargaba con todo el resentimiento que sentía por su marido. Nunca iba a perdonarle esa noche, menos aún que al día siguiente, se atrevió a degradarla en favor de una omega inferior a ella.
—Hermana...
—No estoy preñada, Akimitsu. —Susurró ella, mientras bajaba la mirada y apretaba las faldas de su traje.
—¿Qué? Pero, el sanador...
La muchacha suspiró, desvió la mirada. Entre los sentimientos que desfilaban por su mirada había vergüenza, pero también cierto alivio. En su corazón sabía que hubiera odiado tener que dar a luz un cachorro de ese alfa.
—Quedé preñada, supongo...pero estuve tan asqueada y lo odiaba tanto que una noche se me vino, como corriente de sangre desde adentro. — Contó con su mano sobre su vientre. — ¿Mi instinto? ¿el recuerdo de ese momento? No lo sé...pero mi omega interno lo rechazó por completo.
—Entonces, ¿Por qué anunciaste un embarazo que no existe?
—Papá lo sabe.
—¿Padre autorizó esa mentira? Si el emperador de Hannover se entera...
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Crónicas de Amor y Guerra [ABO]
RomanceEl príncipe Ancel (omega) celebra un baile por su mayoría de edad, se espera que en tal baile encuentre al alfa ideal para ser su consorte, y así ascender al trono. Sin embargo, un misterioso rufián lo ataca en el jardín llamándolo "mi omega". Ance...