Capítulo 79: Verdades a medias

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El nacimiento de un príncipe era un motivo de celebración

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El nacimiento de un príncipe era un motivo de celebración. Aunque, por el luto, no se podían hacer grandes fiestas, se decidió lanzar fuegos artificiales al cielo como motivo de homenajear el nacimiento del príncipe Daiki Sonne.

La buena nueva llevó a Hannover por medio de mensajes de palomas al igual que al resto de reinos. Por lo cual, Meiyoung ordenó el lanzamiento de fuegos artificiales y grandes fiestas por el nacimiento del príncipe. Daiki era un alfa, lo cual confirmaba su título de príncipe heredero de Hannover.

Su nacimiento significaba una victoria para el clan Endo, pues tenían al siguiente en la línea de sucesión para mantener el trono de Hannover, así como una posibilidad de tomar el territorio de la Federación. Por tanto, Ancel, para ellos, podría resultar innecesario en unos años. Meiyoung y Akimitsu sabían que tenían que ir con cuidado sobre Ancel, pues ambos creían en la alianza que cerraron con Kenshiro. Por el momento, disfrutarían de esta victoria. Ryu, por su parte, se mantuvo sereno, había asimilado que aquel cachorro nacería como alfa, seguramente, Kenshiro estaba orgulloso y amaría aún más a su consorte.

—Su majestad, la consorte Suni ha salido a reunirse con su familia vestida de sirvienta. —Le informó su esclavo siervo.

—Síganla sutilmente, repórtame cuando regrese.

Informaría de aquello a Kenshiro. Porque estaba seguro que un nuevo ataque de las familias Russo, Wettin y Shehu se estaba preparando.

Y es que, mientras que para la familia Endo, el nacimiento de Daiki era algo afortunado, no era así para el resto de familias reales. Sin embargo, tampoco significaba una pérdida total, pues Daiki aún era un bebé y pronto llegaría a Hannover donde podrían atacarlo. Debían de asesinar a Daiki antes de que alcance su debut a los 12 años. Era importante para ellos evitar que llegue a esa edad, pues, con el apoyo de su padre omega, no habría nadie que pudiera detener a Daiki en ser el siguiente emperador.

Estas familias teorizaban que todo era un plan de Ancel para apoderarse del trono de Hannover, seguramente, en un futuro usará a su hijo, asesinará a su marido y se sentará en el trono de Hannover como regente.

Todas estas estrategias, celebraciones e intrigas eran ajenas para Kenshiro y Ancel, quienes estaban sumergidos en lo maravilloso que resultaba su cachorro.

En aquel acogedor nido, Ancel y Kenshiro solo podían concentrarse en que su bebé estuviera bien, en asimilar que de su amor había nacido un nuevo ser.

La sanadora le había advertido al Rey Ancel que no querría separarse de su cachorro en al menos una semana. Por lo cual, Ancel había dejado todo listo para poder ausentarse de su deberes unos días.

Los tres se encontraban en el dormitorio de Clovis, donde Ancel había formado su nido y había parido. El omega estaba recostado de lado, con las piernas curvadas hacia adelante, observando a su cachorro dormir luego de haberse alimentado en abundancia. Sus ojos destellaban de ternura ante su adorable leoncito. Su instinto de omega le empujaba a seguir al lado de su cachorro.

Crónicas de Amor y Guerra [ABO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora