Una noche más en la alcoba real, Kenshiro estaba expectante de su amado. Faltaba poco para que partieran hacia Hannover. De alguna forma, se sentía a gusto con la idea de que pronto, su omega iba a estar en su territorio, sus reglas y su protección. Era inevitable que, para un alfa como él, fuera satisfactorio sentir un mayor control de la situación.
Lo vio llegar vestido para dormir, vestido con su camisón, con una bata encima y su cabello trenzado hacia un lado para facilitar peinarse al día siguiente. Kenshiro se preguntó si algún día dejaría de sentirse abrumado por la belleza de su consorte. Tenía la esperanza de que esa noche, finalmente, terminaran de reconciliarse. Y es que los días habían sido ocupados para ambos y durante las noches la dulzura no había vuelto. Se sentía preocupado de que esa frialdad se volviera rutina. Habían pasado dos semanas enteras desde que decidieron continuar, pero, de algún modo, no parecía que realmente volvieran a ser pareja, sino era como una tregua.
Ancel se subió a la cama y ocupó su lugar con un libro en la mano. No pudo evitar sentirse rechazado ¿Cuándo Ancel volvería a cobijarse en sus brazos como antes? Necesitaba sentirse deseado por su omega.
—¿Es tan bueno el libro que te quedaste leyéndolo durante un largo tiempo y ahora continúas leyendo en vez de dormir? — Terminó por quejarse.
—La verdad lo es. No he tenido mucho tiempo para leer... antes de dormir es el mejor momento.
—Creo que ya deberías dormir. — Replicó.
—Quizás deba hacerlo, faltan unos días para el viaje a Hannover y será pesado.
—Sí.
Ancel puso el libro en su mesita. Se quitó la bata, revelando su cuerpo debajo de esta tela traslúcida que tentaba al alfa, apagó la vela a su lado y se envolvió en las mantas. Nuevamente, se acomodó casi al borde, alejado de Kenshiro. Esto había sido una costumbre de la que el alfa estaba harto. No podía soportarlo más.
—Ancel, si de verdad te incomoda dormir conmigo, entonces dímelo. No me hagas esto. — Terminó por decir sin soportar ver cómo su amado se alejaba de él. El amor debe ser expresado físicamente, sobre todo para alfas y omegas.
El omega frunció su labio, sintiéndose culpable. Era consciente de esto, pero desde su reconciliación no había podido volver a acercarse a Kenshiro plenamente, como si se sintiera inseguro. Sin embargo, sabía que estas acciones deteriorarían su relación, así que se giró hacia él.
—Lo siento, Ken...me siento tenso... quizás inseguro...
—¿Tenso? ¿inseguro? ¿de verdad sientes que ya no puedes confiar en mí?
—Un poco...
—Soy tu alfa, mi más alta preocupación es protegerte...— la voz del alfa se quebró. Se había equivocado, se sentía culpable, pero se sentía aterrorizado de que el impacto en su relación fuera tan devastador.
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Crónicas de Amor y Guerra [ABO]
RomanceEl príncipe Ancel (omega) celebra un baile por su mayoría de edad, se espera que en tal baile encuentre al alfa ideal para ser su consorte, y así ascender al trono. Sin embargo, un misterioso rufián lo ataca en el jardín llamándolo "mi omega". Ance...