Siete meses después.
El príncipe Daiki estaba cerca de cumplir un año de nacido. Ancel no se había atrevido a viajar de regreso a Whitehall, pues temía que el viaje de regreso pudiera ser peligroso para el bebé, pero también temía dejarlo solo; por lo que se había mantenido en Hannover todo este tiempo. Lo había supuesto, extrañaba su reino y sabía que debía regresar luego de su viaje a Taiyou, donde todo podía terminar con una gran victoria o terriblemente mal, dudaba que hubieran puntos intermedios. Sería una batalla crítica donde arriesgarían sus vidas por completo.
Según sus planes, luego de que Akimitsu fuera nombrado como emperador de Taiyou, volverían a Hannover y, de ahí, marcharán a Whitehall, donde se mantendrían unos meses. Luego, emprenderán un viaje hacia Gaul como habían prometido a Hazam. Fuera como fuera, el último ataque sufrido parecía haber mejorado la relación entre Gaul y la Federación. Pero, sobre todo, había hecho que su confianza hacia Hazam creciera.
De hecho, había recibido mensajes y cartas provenientes de él escritas en el lenguaje de Gaul. Uno de los mensajes en el idioma general fue "son los reportes sobre nuestros avances ¿será capaz el león dorado de entender?"
Sabía la lengua de Gaul, pero no la había puesto en práctica, pues Hazam y Yaya solían hablarle en la lengua general. Por tanto, había tenido que desempolvar esos conocimientos. Adrien le había ayudado con ello. Se sentía complacido de leer en las cartas de Hazam como todo iba evolucionando. También había recibido muchas cartas de Yaya quien le comentaba sobre su preparación como sacerdotisa, el crecimiento de sus cachorros y como el culto al Dios Lunar y a la Diosa del Sol habían logrado que los cambios fueran mejores recibidos, como si fueran parte de un designio divino. La población de Gaul había sido muy religiosa desde antes, por lo cual sus corazones eran, ideológicamente, más uniformes, aun así, hubo ciertos clanes que se quisieron oponer y habían tenido que sofocar. Los cambios nunca eran pacíficos, siempre terminaban por traer cierto nivel de caos.
Se estiró con cuidado, mientras sostenía a Daiki con un brazo y observó como el sol era apenas un círculo blanquecino. Le quedaban dos semanas al invierno, pero el sol aún no salía deslumbrante en el horizonte como sucedía en la Federación.
Su esposo, en ese instante, debía regresar de su oficina donde sus guardianes le informaban de todo. Adrien, su fiel segundo al mando, no se encontraba en Hannover, sino de viaje por la Federación, aunque calculaba que ya debería de estar emprendiendo el viaje de regreso. El pelirrojo había tenido que viajar un par de veces a Whitehall para supervisar que todo marchara correctamente y también en representación suya a reuniones y eventos. Otras veces, Ashford lo había hecho o los dos juntos habían viajado, tenían cargos similares, Adrien era el segundo de Ancel de forma personal y en Whitehall, pero el príncipe Ashford lo era a nivel de la Federación. En el último ataque, ambos le comprobaron lo leales que eran y que podía confiar plenamente en ambos. No podía pensar en otras personas para representarlo en la Federación.
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Crónicas de Amor y Guerra [ABO]
RomanceEl príncipe Ancel (omega) celebra un baile por su mayoría de edad, se espera que en tal baile encuentre al alfa ideal para ser su consorte, y así ascender al trono. Sin embargo, un misterioso rufián lo ataca en el jardín llamándolo "mi omega". Ance...