Décimo primer día: Este cuerpo no es mío

482 51 2
                                    

—Se tiene que tratar de una broma —bufó Ginny.

¿Cuándo he bromeado yo con respecto al DRAMA?

—Ahí tiene un punto —le dijo Draco—. Esta pared tiene un gusto excesivo por el drama y por las relaciones.

—¿Gusto excesivo? ¿Cuál es el fin de todo esto? ¡No pienso beber esa cosa!

¿Osas desafiar a tu pared favorita?

La pelirroja quiso lanzarle una mirada asesina a la pared, pero claro... ¿Dónde debía mirar exactamente?

—Chicos, ¿están conmigo en esto, cierto? No tenemos por qué hacer todas las estupideces que la pared nos mande solo porque esté escrito. Además, estoy convencida de que McGonagall no ha autorizado esto.

—¿Ahora sacamos a McGonagall en la conversación? —rio Goyle.— Esa vieja bruja nos odia.

—No nos odia —la defendió Hermione, dolida.

—No, no a ustedes. A nosotros —aclaró el chico señalando a los Slytherins.

—También les digo, si ya hemos cumplido todos los retos que nos ha impuesto, ¿qué más da uno más o uno menos? La poción multijugos no dura tanto. Y, si tengo que salir con Longbottom, a ver si tiene un aspecto más... atractivo —dijo Draco.

—No quiero seguir siendo su mono de feria —protestó la chica Weasley.

—Llevo quejándome de eso desde hace días. Quejándome de que parecía el único incómodo con toda la situación —dijo Goyle—. Y ahora que estoy empezando a estar cómodo, te ofendes tú...

—No me ofendo, es solo que...

No terminó la frase. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que, en efecto, parecía ser la única tan disgustada. El resto iban a hacerlo. Y ella lo entendía. Habían seguido las instrucciones de la pared casi ciegamente y, aunque muchas veces estaban hartos de ella, la sala había conseguido que todos tuviesen revelaciones importantes. Y, lo quisiese o no, los retos y la pared habían jugado un papel importante en eso.

—Diablos —maldijo la pelirroja justo antes de tomar una de las pociones multijugos y beberla de un trago.

El resto de sus compañeros la imitó. En un inicio, unos primeros instantes, no sintió nada. Pero pronto, todo su cuerpo parecía burbujear y cambiar. Y sus compañeros también se miraban horrorizados.

Ginny cerró los ojos con fuerza y, al abrirlos, se encontró con que había subido algo más de peso. Tenía los hombros más anchos y le tiraba el traje que se había puesto antes. No tardó en verse a un espejo (que la pared astutamente había colocado de repente en la sala) y encontrarse que le devolvía la imagen del rostro contrariado de Neville.

—¿Soy Neville?

Al menos su voz seguía siendo la misma. Supuso entonces que, como las cuerdas vocales no habían cambiado, sus órganos internos tampoco, tan solo su aspecto físico. "Es bueno saber que no podré embarazar a nadie", pensó, recordando la charla de las abejas y las flores que sus padres le habían dado cuando era más pequeña.

Miró a su alrededor esperando encontrar a sus compañeros.

—No quiero que nadie se ofenda, pero Neville, no es eso a lo que me refería con verte más atractivo —dijo la voz de Draco, soltando una risa. Pero cuando Ginny miró en su dirección, se sorprendió al ver a Ron en su ropa. Bueno, bien era cierto que esa ropa había pertenecido a Ron en alguna ocasión, pero ahora era suya.

Cerca de ellos, el gran cuerpo de Goyle se esforzaba por no dar de sí la ropa ajustada de Pansy.

—Parkinson, no creo que te puedas volver a poner ese top nunca más —continuó el rubio—. Espero que no le tuvieses mucho cariño.

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora