¿Verdad o reto? (HP)

Séptimo día: Interesantes declaraciones

Aquí tenéis la continuación del capítulo anterior. 

PD. Leed la nota de autora al final, por favor ^^  

¿Alguna preferencia, invitados?

Bueno, ¿saben qué? 

Yo sí tengo mis preferencias. 

Comadreja fea y la del Parkinson. 

Si es que hacen la pareja perfecta. 

—¡Ronsy!— se entusiasmó Valerie.— Oh, ¿soy la única?

—Definitivamente— contestó Harry.

Una vez estuvieron dentro del armario, Ron y Pansy intentaron guardar las distancias que el reducido espacio les permitía.

—¿No te ha incomodado lo que acabamos de ver?— preguntó el pelirrojo, intentando olvidar aquello. 

—Bastante— admitió la Slytherin—. Honestamente, no entiendo cómo Draco ha podido bromear con eso. 

—Tal vez le haya gustado...— opinó Ron.— Tal vez esté pensando en ponerlo en práctica. 

—Eres demasiado inocente, calabaza— se burló Pansy—. Si le hubiese gustado... digamos que hubiéramos visto algún cambio. 

—¿Eh?

La chica rió. 

—En serio, estaba convencida de que el único tontorrón era Longbottom. 

—¿A qué te refieres?— quiso saber el Gryffindor. 

—Vamos a cambiar de tema, ¿vale? Me lo agradecerás. 

—Está bien...— accedió el muchacho. 

Después de un par de minutos de silencio, agregó: 

—Voy a hacerte una pregunta, ¿vale?

—Dispara. 

—¿Te gusto?

Pansy se quedó en silencio, sin saber qué responder. Se recordó a sí misma que debía quedarse al margen de los dramas amorosos de esa estúpida sala. Pero, por otro lado, ¿de qué le serviría mentir? 

—¿A qué te refieres?— preguntó, para ganar tiempo. 

—Pues a eso, a que si te gusto. 

—Todo depende de la definición que tengas de gustar. Me gustan las grajeas de menta, por ejemplo.

—¿Qué tiene eso que ver? ¿Te gusto yo?— repitió. 

La Sltyherin se encogió de hombros y, reuniendo toda la serenidad y naturalidad que pudo respondió: 

—Supongo. 

Ahora fue Ron quien se quedó sin palabras. No tenía ni idea de por qué había preguntado eso, cuando claramente no quería saber la respuesta. Si hubiera dicho que no, sabía que una parte de él se sentiría decepcionado. Pero había dicho que sí. Y probablemente, eso era peor. ¿Qué se suponía que debía de hacer ahora?

—Está bien saberlo, supongo...— dijo finalmente. 

A Pansy le parecía todo tan absurdo que se echó a reír. Seguramente, el pecoso era el único chico que alguna vez le había mostrado tanta indiferencia para ese tipo de cosas y a la vez había sido tan cálido en otras. 

—No entiendo por qué todo el mundo se ríe de mí últimamente— dijo el chico, intentando quitarle hierro al asunto. 

—Porque eres muy rarito, calabaza con patas.