Séptimo día: Cartitas por parte de los engendros de pollo

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Bueno, después de la demora, aquí tenéis el siguiente capítulo. Como prometí, hay algunos flashbacks Dramione. Están en cursiva, pero creo que se diferencia cuando habla la pared y cuando son recuerdos. Os adelanto algunas cosas de las siguientes partes: este y otro más, serán capítulos relacionados con las cartas, pero he intentado que no se haga muy pesado; después habrá una pequeña sorpresa que espero que os guste; y por último algunas visitas de los personajes que enviasteis la vez pasada y que no pude incluir. 


Ron fue el primero en despertarse. Notó el cabello de Pansy rozando su nariz y abrió los ojos perezosamente. Se vio a sí mismo, abrazándola. ¿Cuándo había pasado eso? Intentó escabullirse sin despertarla, pero en vano. Cuando se retiró, la muchacha despertó, soltando un largo bostezo. 

—Buenos días—dijo ella con la voz pastosa. 

El pelirrojo se levantó y se alejó bastante de la cama... y de la Slytherin, quien se frotó los ojos para intentar despertarse. Se incorporó y miró a su compañero confusa.

—¿Te pasa algo?

El muchacho estaba completamente pegado a la pared opuesta del cuarto con una expresión parecida a la que tendría si hubiese visto una araña. Negó con la cabeza bastante apresuradamente.

—Como digas, voy a desayunar a los otros— anunció la azabache. Al darse cuenta de lo que había dicho, se corrigió. —A avisar a los otros para desayunar. 

La chica salió de su cuarto y fue al contiguo, entrando sin llamar. 

En él, Neville estaba esparramado en la cama, mientras que Astoria dormía de medio lado en un filo. Parkisnon rió para sí misma. 

—Despertad, parejita. 

La castaña abrió los ojos molesta, pero su novio ni se inmutaba. 

—¡NEVILLE!—gritó Astoria. 

El joven solo murmuró algo y se movió ligeramente. 

—Vale, Greengrass, tú le coges por los brazos y yo por las piernas. Y, a la de tres, le tiramos al suelo— sugirió la chica, sacando una risa a su amiga. 

—Creo que bastará con un aguamenti. 

En efecto, cuando el agua chocó contra la cara del Gryffindor, este se levantó sobresaltado. 

—¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuál? ¿Cuántos?

—Vamos a desayunar— informó Astoria, cuyo estómago rugía. 

—Oye, no me apetece ver cómo Draco y Hermione están acaramelados y no me veo con fuerzas suficientes para ver a Goyle ahora mismo, ¿podéis despertarlos vosotros? 

Su compañera de casa asintió y sonrió. 

—Por cierto— dijo Neville aún adormilado—, ¿qué pasó ay...?

No pudo terminar la frase porque la castaña le había tapado la boca. 

—Te dije que no querías saberlo. 

—Goyle golpeó a Ron— explicó la serpiente ignorando a Astoria. 

—¿Ves? Te dije que podían necesitar ayuda— le reprochó Longbottom. 

—Oye, solo intentaba no traumatizar tu mente— rió ella. 

—Ya, bueno, tampoco creo que pudieses ayudar— dijo Pansy con voz cansada y algo triste mientras iba hacia la cocina, dejando a la pareja decidiendo si debieron ir o no. 

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora