¿Verdad o reto? (HP)

Quinto día: Lechuzas

En este capítulo he añadido varias cartas que tenía atrasadas de otros capítulos, por eso habrá algunas lechuzas tardías con la información XD.  Si alguna de las cartas no aparecen, perdónenme, se me pasarían al revisar. Pero ponedlas de nuevo en esta parte y saldrán en el próximo de lechuzas. 

Ya sabéis, disfrutad del capítulo. ;)

A la mañana siguiente en el desayuno, las miradas furtivas e incómodas flotaban en el ambiente. Miradas de reproche a unos y otros. Miradas de vergüenza a todas partes y a ninguna en particular. Miradas asesinas y celosas. Miradas que, simplemente, preferirían evitar. 

Claro que también había complicidad entre los pocos que habían pasado una buena noche. 

Draco desearía que Ron estuviese muerte, y sus ojos lo demostraban. Sin embargo, cuando miraba a Hermione, el brillo de su rostro era diferente. Era entre avergonzado, lleno de odio, lleno de arrepentimiento y con un puñado de atracción. Y con gran cantidad de ganas de evitar contacto visual. 

La rubia intercambiaba miradas de culpabilidad con Ron. Ambos sentían que tenían la culpa de lo sucedido la noche anterior. Además, mortificaba al Slytherin por su comportamiento con el pelirrojo, pero por otro lado por haberla besado. Y una punzada de celos hacía que de vez en cuando, le cayera a Pansy una mala mirada por su parte. 

La azabache, por su parte, evitaba las miradas de Ron, quien ya le había preguntado esa mañana varias veces cómo se encontraba, probablemente, arrepentido del tono que usó la noche anterior. Tampoco quería mirar demasiado a Goyle, ya que se sentía culpable de haberle mentido tan descaradamente. Por supuesto, también esquivaba las miradas mortíferas de Hermione. Se sentía terrible por haber provocado a Ron, sabiendo lo que su amiga sentía por el pelirrojo. Y bueno, mejor ni hablemos de las miradas que le lanzaba a Draco. 

Ron también miraba mucho de reojo a Pansy. No podía evitar pensar que había sido demasiado brusco con ella. Por la mañana había visto que su almohada tenía restos húmedos de su maquillaje y cuando le había preguntado (varias veces) que si estaba bien, ella había sonreído con exageración. También recordaba que antes de que su compañera Gryffindor hubiese irrumpido en la mini-habitación, todo había sido bastante divertido entre la Slytherin y él. Incómodo, cierto. Pero divertido. Intercambiaba miradas de culpabilidad con Hermione, como tratando de disculparse por pensar eso de Parkinson. Y por supuesto, también mataba con la mirada a Draco por las cosas que le había dicho. Casi intentaba transmitirle su odio. Por no hablar de las miradas de hermano mayor protector que le dirigía a Ginny y las de advertencia a Harry (tipo: "Como le hayas puesto una mano encima a mi hermanita tú y yo tendremos serios problemas".)

Harry y Ginny se miraban incómodos, sin atreverse a volver a dirigirse la palabra de nuevo. Para ellos, una burbuja gigante los aislaba. Sentían como si siguiesen solos en la habitación, y como allí, seguían sin tener el valor de hablarse. 

Crabbe echaba una ojeada de vez en cuando a Goyle, mientras sus palabras resonaban una y otra vez en su cabeza, como una canción sin fin. "Me importas". "Eres mi único apoyo". "Eres mi mejor amigo". "Me importas". No podía dejar de pensar en la larga confesión de Greggory. Es cierto que no fue una confesión romántica, pero a Crabbe le bastaba con pensar que significaba algo para él. 

Goyle no dejaba de mirar alternativamente a Crabbe y Pansy. A su mejor amigo y a su exnovia. Al chico que siempre le apoyaba y a la chica que le gustaba platónicamente. El que siempre lo escuchó y la que siempre fue detrás del "jefe".

Neville y Astoria miraban desconcertados a todo el mundo, sin saber qué había pasado para que todos estuviesen tan en silencio. De hecho, agradecieron en su interior cuando las lechuzas empezaron a tocar en la ventana.