Sexto día: Dramione

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Y... ahora... el momento que muchos estaban esperando y otros deseaban que no llegase nunca. Con todos/todas ustedes... les presento... ¡¡¡el capítulo Carmione!!! Nah, es broma, es el Dramione, pero tenía que hacer la broma. ¡Disfrutadlo! 

PD. Siento si es corto pero tuve que hacerlo desde el móvil. Corregiré las faltas en cuanto recupere mi ordenador. Ahora sí que os dejo disfrutar. 

Draco bufó cuando entró en el cuarto por la mañana. 

—No sé qué poner en la lista...— comentó en voz alta. 

—¿Qué lista?

—La del reto, ¿recuerdas? Tengo que hacer una lista sobre todo lo bueno y lo malo que tienes... ¿Me ayudas? 

El rubio intentó pestañear como un corderito degollado para obtener la ayuda de Hermione. 

—No— respondió cortante ella. 

—Tienes que hacerlo— recordó el ojigrís—. Tienes que obedecerme hasta pasado mañana.

—Maldición. Odio estos retos...—comentó la rubia mientras se sentaba en el suelo.— ¿Te vas a sentar o tengo que hacer la lista yo sola?

Draco rió. No era muy habitual escucharla maldiciendo. Además, él estaba seguro de que «maldición» era la peor palabra que se atrevía a decir. "¿Soy yo o Granger maldiciendo se ve sexy?". 

Después, tomó pluma y pergamino y se sentó junto a la joven. El Slytherin hizo una línea que dividía le pergamino por la mitad. En la primera columna ponía: "LO BUENO Y SENSUAL DE HG 7u7", en la otra ponía: "LO PEOR DE HG >.<". 

—¿Era eso necesario?— preguntó la chica al ver los emoticonos. 

El muchacho no respondió y se dispuso a entintar la pluma. 

—Malo... Eres una sabelotodo insufrible. 

Antes de que la rubia pudiese replicar, él continuó hablando. 

—Pero eso tiene su contraparte buena... Eres inteligente. ¿Qué más?

—Sé ponerte los pies en tu sitio. 

—Es cierto, un punto negativo—bromeó el muchacho, llevándose un puñetazo de parte de la Gryffindor— Solo bromeaba. Pondremos: fuerte y segura de sí misma. Pero eso tiene su parte negativa: demasiado orgullosa. Adicta al estudio...

—¡Eso no es verdad!

El Slytherin la miró escéptico, con una ceja alzada. 

—Está bien, es cierto... —accedió la chica. 

—Bien, el primer paso es admitirlo. Que sepas, Herms —comenzó él colocándole la mano en el hombro y con una mirada seria—, que todos te queremos y que queremos que superes tu problema. 

Ella le sacó la lengua burlona. Sus ojos brillaban alegres. Sin poder evitarlo, la serpiente exclamó: 

—¡Bésame!

—¿Qué?

—¿Qué?

—No te hagas el loco ahora. 

—¿Loco? ¿Qué loco? No estamos en San Mungo...

La rubia rió de nuevo. 

—Está bien. 

Draco se sintió aliviado de que ella dejase el tema y pudiesen proseguir con su lista. Solo que... no fue así. La chica lo había escuchado perfectamente, y sabía que debía obedecerle, o la pared se enojaría. Y, bueno, aún no sabían hasta dónde llegaban los poderes de la pared. Y, bueno, sí... tal vez quisiese hacerlo. Así que, le besó. 

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora