Séptimo día: Ronsia, la reunión de chicas y la pared sabia

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¡Hola!  Espero que no me echaseis mucho de menos. Pero lo importante es que he vuelto. Sé que este capítulo está corto, pero es porque habrá algunos otros seguidos. Voy a empezar con el final del capítulo anterior, porque ha pasado mucho tiempo. 

—¿Ya ha acabado por hoy?— preguntó Neville.

—Para vosotros, chicos, sí. Para Ronsia, Pansy, Astoria, Herms y yo, no— comentó Ginny, arrastrando a su hermano a uno de los cuartos, seguida por el resto de chicas. 

El pelirrojo seguía a las chicas sin muchas ganas, sabiendo lo que le esperaba. 

—Primer punto de la reunión de chicas— bromeó Ginny—, ¿no creéis que Ronsia debería ponerse guapa? 

—¡Por supuesto!— accedió Pansy.— Tengo algunos vestidos "divinos" en mi cuarto. ¿Nos mudamos?

Astoria y Ginny asintieron encantadas, ya saliendo del cuarto junto con la Slytherin. Sin embargo, tanto Ron (ejem, perdón, Ronsia) como Hermione tenían sus dudas. 

Por su parte el/la pelirrojo/a no quería ser objeto de burlas de las chicas, incluso aunque se tratase de un reto, y prefería mil veces charlar con Harry y Neville. 

La rubia quería negarse rotundamente a entrar en el cuarto de Pansy. Si bien era cierto que sabía que sus celos eran irracionales y que la muchacha había demostrado ser mejor de lo que creía, también era cierto que había sido la chica que la había acosado durante años. Por muy poco rencorosa que fuese la Gryffindor, no podía olvidar con facilidad años de burlas, insultos y menosprecios por parte de la serpiente. Lo cual, al mismo tiempo hacía que se sintiese falsa, ya que Draco había hecho lo mismo, y le había perdonado con facilidad...

—¿Vamos?— preguntó el Weasley a su "amiga" al ver que se quedaba quieta. 

—Sí. 

Al llegar, las otras chicas ya habían desplegado sobre la cama un desfile de vestidos que parecía no tener fin. 

—¡No pienso ponerme nada de eso!— se quejó el joven.

—Forma parte del reto, Ronnie... ¿o debería llamarte Ronsia?— comentó Astoria. 

—Seguro que quedarás preciosa en mis manos— dijo la otra Slytherin acercándose a él con mirada de estilista. 

—Pans, por favor, ten piedad...

Varios minutos después, Ron se encontraba maldiciendo a toda la familia Parkinson, Greengrass e incluso Weasley por las tres muchachas que colaboraban en aquel crimen. Llevaba un vestido demasiado apretado y con un gran escote. La espalda estaba completamente al descubierto. 

—Un día tienes que prestarme eso, Ronsia— bromeó la pelirroja.

—Púdrete, Ginny. Con todo un batallón de magos lanzándote mocomurciélagos— espetó el chico. 

—¡Qué borde estás hoy, Ronsia! ¿Es que te ha visitado la florecilla roja?

Él no tenía ni idea de qué diantres significaba eso, pero todas se rieron bastante, lo que hizo que se relajase un poco. Pero solo un poco. 

—Bueno, damas. Creo que tenemos mucho de qué hablar, ¿no?— empezó Astoria, mirando a Hermione y Pansy alternativamente.

—¿Qué pasa conmigo?— preguntaron ambas al unísono.

—¿De veras necesitáis preguntar? Os creía más listas— dijo Ginny, preparándose para exlicar—. Una semana y habéis cambiado radicalmente vuestras personalidades. Herms, eres la chica más fuerte, independiente, estudiosa y pensativa que conozco. ¿Qué ha hecho esta sala contigo? Llevas días dándole vueltas al mismo dilema entre chicos cuando nunca te había importado eso tanto. Es cierto que ellos se están matando por conseguirte, pero tú les das pie. Ni te has preocupado por los estudios, ni has querido leer... Ni siquiera te has respondido con tu carácter a los comentarios. 

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora