¿Verdad o reto? (HP)

Cuarto día: La party hard sigue en pie. ¡Retos y salseo!

Para los que no se acuerden. En la parte anterior, acabaron medio ebrios: Pansy, Draco, Harry, Ron, Ginny y Hermione. Además, Astoria y Neville se hicieron pareja gracias a Nico. Sin más dilación... ¡que empiecen los Juegos del Hambre! Okno.  

PD. Este capítulo tiene varios retos Dramione, pero para compensar he intentado poner también momentos Ronsy y Romione. Y algún que otro Harmione (sin olvidar el Hinny). Y, por supuesto, mucho Nevstoria y Croyle. Y, queridas/os Drarry shipper, tampoco me he olvidado de vosotras/os. 

PD2 No me culpéis a mí, culpad a los retos que vosotros/as queridos/as lectores/as habéis puesto.

PD2. Leed también la Nota de Autora de abajo, por favor. =)

Después de unos minutos de silencio, Laura Smith siguió con los retos: 

—Draco y Hermione, os reto a meteros en el armario y deciros una verdad personal cada uno.

No costó demasiado convencerles de que cumpliesen el reto, ya que ninguno de los dos opuso resistencia. Al principio, Hermione se tambaleó un poco al ponerse en pie. No estaba acostumbrada a beber tanto y eso que, seguramente, era la que menos había bebido después de Neville. Tuvo que apoyarse en el rubio para no caerse al suelo de nuevo. Al ver que seguía teniendo la mano en el hombro desnudo del Slytherin, se soltó de él con una pequeña risa nerviosa. 

Ambos entraron al armario y se miraron unos segundos antes de que Draco empezase a hablar: 

—Desde que era pequeño me ha dado miedo mi padre. 

El chico había hablado sin ningún tipo de seriedad en la voz. Casi con un tono distraído. 

—¿El gran Malfoy con miedo? 

—Sí. Es decir, mi padre siempre tenía esa cara de Woooh y esa pose de Uuuu y esa mirada de Agggg y se portaba de una forma tan fría conmigo que...

—Que tú te portabas igual para complacerle—terminó la joven por él. —Ahora me toca a mí contarte un secreto... Suena como cuando éramos niños y le contábamos el secreto a nuestros amigos del jardín de infancia. 

Comentó con una sonrisa. 

—Pues mi secreto es que me afecta lo que me decís. Me da miedo que tengáis razón y yo me tenga que ir de Hogwarts. 

El Slytherin alzó las cejas incrédulo. La rubia asintió con la cabeza algo brusca. 

—Es verdad—afirmó. 

La chica estaba a punto de salir del armario cuando el chico de los ojos grises la retuvo tomándole la mano. 

—Espera, Granger. Perdón por lo que te decimos. Pero sabes que es mentira. Eres realmente brillante y si alguien merece estar aquí eres tú. Pero si dices que yo he dicho esto, lo negaré todo. 

La joven sonrió halagada con timidez y abrió la puerta para que ambos saliesen. La leona se tambaleó de nuevo al bajar del armario y cayó encima de su mejor amiga pelirroja, quien se cayó a su vez. Ambas acabaron tiradas en el suelo, riéndose a más no poder y con los rostros bastante juntos. 

—Oh, ¡besaos ya!—retó/propuso/ordenó Ellie bromeando. Sin embargo, un reto es un reto, y tanto Hermione como Ginny estaban dispuestas a cumplirlo. 

Así que recortaron la distancia que había entre sus labios. La pelirroja posó su mano en la mejilla de su amiga, prolongando más de lo necesario el beso.