Vigésimo día: A la pista de baile

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—¿Creen que deberíamos ir a buscarlos? —preguntó Vincent, preocupado.

—Chicos, creo que deberíamos dejarles intimidad —comentó Pansy—. Creo que deben de estar disfrutando su noche.

—Pero es nuestra última noche juntos. Se están perdiendo la fiesta.

—Oh, hazme caso, Crabbe, su fiesta es mucho más entretenida.

—¡Entonces deberíamos ir con ellos!

Pansy rio de su inocencia.

—Greg, ¿se lo explicas tú?

Goyle se sonrojó y le susurró al oído de su novio:

—Creo que lo que intenta decir es que... están haciendo lo que hicimos nosotros la otra noche.

Vincent frunció el ceño, sin entender al principio. Pronto abrió los ojos comprendiéndolo todo y haciendo que sus mejillas tornasen coloradas.

—Está bien, está bien —balbuceó.

Pansy rio con más fuerza. Ron no pudo evitar sentir un pellizco de inseguridad. Pansy había dicho que su "fiesta" era mucho más entretenida. ¿Prefería ella estar en ese tipo de "fiesta"? Sin embargo, no pudo ocupar su mente con esos pensamientos porque Pansy lo agarró del brazo y le hizo girar sobre sí mismo.

—Baila conmigo, calabaza —ordenó ella.

Milu se lanzó junto a ellos a la pista de baile y sacó a un par de personas más para bailar con ella. Harry hizo amago de levantarse y lanzarse a bailar, pero trastabilló y casi cayó de bruces. Tuvo la suerte de Hermione estuvo ahí para recogerlo.

—Creo que ya tuviste suficiente fiesta por esta noche.

—Esa será tu opinión —protestó el azabache, algo mareado.

—Déjalo, Herms —dijo Ginny, con tono amable—. Yo me encargaré de él.

La castaña miró a su amiga sorprendida. Luego, miró a Harry y alternó la mirada entre los dos.

—¿Estás segura?

Ginny asintió con la cabeza y Hermione se retiró con cautela y dudas.

—No necesito una niñera —protestó Harry.

—Es cierto. Pero necesitas una cura contra esa borrachera —le dijo la pelirroja, ofreciéndole un vaso.

—¿Qué es eso?

—Una poción para purificarte de alcohol.

Harry la miró con desconfianza. Olisqueó el vaso pero, finalmente, lo bebió.

—Espero que no esté envenenado. 

—Descuida.

Contra todo pronóstico, Harry comenzó a encontrarse cada vez mejor. Volvía a tener control total sobre su cuerpo. Una oleada de vergüenza se apoderó de él cuando recordó cómo había besado sin previo aviso a Sol. Le lanzó una mirada de disculpa a la joven, pero ella estaba bailando con Hermione y no pareció darse cuenta.

—Pansy no dejará que me olvida jamás de esto —suspiró.

—Ya, bueno, todos tenemos noches locas, Potter —comentó Ginny, intentando sonar amigables.

Harry, más sereno y limpio de toda influencia del alcohol, la volvió a mirar extrañado.

—No pretendo crear un mal ambiente, pero... Pensaba que ya nos odiábamos.

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora