Ron había madrugado. Cuando se puso en pie, todos los demás seguían durmiendo. Se alejó sin hacer ruido, porque no quería ni imaginar la resaca que tendría Hermione al despertar. Tenía que admitir que se había reído. Pero una pequeña parte de él hubiese deseado haberse quedado con Pansy. Aún no le había comentado sus inseguridades con respecto a la posible relación que estaban formando. También anhelaba tumbarse junto a ella por las noches y hablar a media voz, mirándola a sus ojos verdes chispeantes.
Como si la hubiese invocado, la azabache apareció mientras él desayunaba, aún ataviada con su vestido de fiesta y con todo el maquillaje emborronándose en su cara.
—Buenos días, calabaza —anunció.
—Te ves bien.
Ron sonrió sin poder evitarlo. Aún con manchas difuminadas y con el pelo enredado en sus pendientes y joyas, Pansy brillaba. No podía ser solo una cuestión de físico. Estaba seguro que era su forma de mirar, o su forma de caminar. Estaba seguro de que Pansy era preciosa por una cuestión de actitud.
Ella le sonrió de vuelta. Ron sí llevaba puesto el pijama, manchado de café y mantequilla. Tenía la comisura de los labios repleta de migajas de pan. Parecía un desastre con patas.
—Tú tampoco te ves mal —admitió ella, acercándose a él.
Él la miró fascinado mientras que ella tomaba asiento al lado de él y depositó un suave y corto beso en sus labios. Aún la contemplaba embelesado cuando más compañeros se iban levantando.
—Buenos días, tortolitos —saludó Astoria, sirviéndose ella misma una tostada.
Ginny también se había levantado y la cabeza le palpitaba tan fuerte que estaba segura que todo el mundo podía escucharlo.
—¿Dónde fuiste anoche? Desapareciste —preguntó la castaña.
Ginny gruñó algo incomprensible. Le dolía todo. Pero, por suerte o por desgracia, se acordaba de todo. Incluida la sesión de besos en el baño con Draco. Esperaba no tener que encontrarse con él todavía porque sabía que no podría mirarlo a la cara.
Poco a poco, la sala se fue llenando hasta que todos (o casi todos) estuvieron desayunando juntos mientras comentaban algunas cosas. Ginny se quejaba cada vez que hablaban más alto de lo normal. Por suerte para ella, ni Malfoy ni Hermione se habían levantado aún.
Malfoy. Ella no quería que nada de lo que habían hecho la noche anterior saliese a la luz, pero, ¿qué si Malfoy quería hablarlo? ¿Qué si Malfoy se lo contaba a Hermione? ¿Qué pensaría entonces Hermione de ella? No solo por haber besado a Draco, sino por habérselo ocultado.
Tenía que hablar con Draco en cuanto se despertase.
—Te veo poco activa, Ginny. ¿Una noche movidita? —se burló su hermano, forzando una voz mucho más aguda de lo normal.
—No andes molestando, Ronald, o tendremos problemas —amenazó ella, sacando la varita.
Ron alzó las manos en son de paz, mientras las risas inundaban la mesa.
—¿Qué me decís de los dos tortolitos? —preguntó Harry, desviando el tema. No quería que la conversación girase en torno a Ginny. Aún no.
Las tres parejas que había en la mesa lo miraron. Greggory y Vincent estaban algo sonrojados e incómodos. Probablemente, era la primera vez que pensaban que se referían a ellos como pareja cuando realmente lo eran. Neville y Astoria ya estaban acostumbrados y eran prácticamente el matrimonio de la sala. Incluso tenían las manos agarradas. Pansy y Ron se miraron entre ellos antes de mirar a Harry, casi como si se estuviesen dando permiso para darse por aludidos.
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¿Verdad o reto? (HP)
Fanfiction¿Qué pasaría si encerráramos a cinco Slytherins y cinco Gryffindors en una misma habitación? ¿Y si, para colmo, empezasen a jugar a Verdad o Reto? ¿Qué pasa si añadimos cartas y una pared metiche? Harry, Ginny, Neville, Ron, Hermione, Draco, Pansy...