Décimo cuarto día: La pared está en huelga

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Hermione se despertó con los primeros rayos de sol. Hacía mucho tiempo que no se despertaba tan temprano. Todo estaba en silencio. Harry roncaba ligeramente a su lado. Con cuidado de no despertarlo, salió de la habitación. La luz aún era muy tenue a esa hora.

Miró instintivamente a la pared, por si tenía algo que decirle. Sin embargo, estaba vacía. De hecho, había pasado mucho tiempo desde la última vez que había sabido algo de la pared. ¿Era eso preocupante? No sabía si extrañaba las ocurrencias del muro o si se sentía aliviada.

De repente, escuchó unos pasos que salían de los dormitorios. Se giró rápidamente y se encontró con los ojos grises de Draco. Y no pudo evitar sonreír.

—Buenos días —lo saludó.

—¿Qué hay?

El rubio parecía estar algo disperso. Se terminaba de abotonar la camisa sin mirarla aún a la cara. Cuando terminó, levantó la cabeza, sin darle mucha importancia. Sonrió de medio lado.

—Bien, ¿qué tal dormiste? —respondió ella, acercándose a él.

De repente, él borró la sonrisa de su cara y dio un paso hacia atrás de forma brusca. Su cuerpo se puso en tensión y Hermione no pudo fruncir el ceño ante el cambio de actitud.

—¿Estás bien? —preguntó ella, mientras seguía acercándose, esta vez más lentamente.

—Sí —se apresuró el rubio en responder.

En realidad, había sido una noche difícil. No sabía si realmente había descansado. Tras la conversación con Ginny, su cabeza no había dejado de darle vueltas a Pansy, a Hermione y a Ginny. Las tres chicas se confundían en su cabeza, y él solo las imaginaba pensando cosas horribles sobre él.

Ginny pensaba que él las veía como juegos. Pansy debía de pensar lo mismo. Debía de pensar que él era alguien frío, cruel y manipulador. Que había tomado ventaja de su posición y de sus sentimientos. Hermione pensaría lo mismo. ¿Y qué pensaría después de saber que se había acostado con su mejor amiga? Porque si de algo estaba seguro, era de que Hermione iba a enterarse, tarde o temprano.

Tampoco podía dejar de pensar en si él era un amigo o algo más para ella. Se imaginaba que ella se sentiría atraída por la novedad y el falso carisma. Y que, eventualmente, se aburriría. O ella lo utilizaría como un juego. Tal y como él había utilizado a otras personas. Pero Hermione había conocido al verdadero él, ¿cierto? 

—¿Y tú? ¿Has dormido bien? —preguntó finalmente, intentando volver a mantener la calma.

—Sí. Estuve hablando con Harry y estuve pensando... Pero sí, descansé.

—¿En qué pensaste?

Hermione dudó unos instantes antes de responder.

—¿La verdad? Pensaba en ti.

Draco se quedó atónito unos instantes mientras Hermione lo miraba con sus grandes ojos marrones. No sabía qué contestar, y era obvio que ella esperaba una respuesta. Por suerte, más gente salió de las habitaciones, desviando la atención de Hermione a ellos.

—¿Qué tal durmieron? —preguntó la chica, alejándose unos pasos de Draco. 

Él miró hacia atrás, y vio a Crabbe, Neville y Ginny. La pelirroja no volteó en su dirección, y él lo agradeció.

—Algo anda mal —dijo ella.

—¿A qué te refieres? —preguntó Hermione.

—La pared. Ya lo noté ayer. No dijo ningún comentario. Pero decidí disfrutar del momento sin pared. Pero ahora... ¿se dieron cuenta de que no ha dicho nada?

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora