Décimo cuarto día: Más conversaciones nocturnas

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Tras finalizar la cena, la pared volvió a hacer acto de presencia. Al parecer, la tregua se había terminado.

Tanto quieren ustedes hacer lo que decían las normas.

Reforzar vínculos entre las casas.

Está bien.

Eso harán.

Esta noche, dormirán con alguien de la otra casa.

Pero alguien con quien no hayan reforzado el vínculo.

Así que:

Ginny y Astoria.

Hermione y Pansy.

Vincent y Ron.

Draco y Harry (ustedes tienen mucha tensión por ahí).

Greggory y Neville.

Haciendo estas parejas me di cuenta de algo.

Ronnie, cariño, no has reforzado muchos vínculos.

Si quitas a la persona a la que te estás chapando.

Te podría haber puesto con tus mortales enemigos: Malfoy o Goyle.

O con la chica con la que saliste durante un día y apenas volvieron a hablar.

Pero me he decantado por la persona con la que no recuerdo haberte visto interactuar ni una sola vez.

Sea como sea...

Ahí tienen sus parejas para reforzar vínculos.

Pasen buena noche.

***

—Escuché tu consejo —dijo Greggory en cuanto llegaron a la habitación—. Hablé con Vincent.

—¿Y cómo fue?

—Fue un buen consejo —admitió el Slytherin, incapaz de decir las palabras "tenías razón", e incapaz de abrirse al chico y contarle con detalle la situación. Neville, por suerte, pareció darse por satisfecho con esa respuesta y no preguntó más al respecto. 

El silencio incómodo se instauró entre los dos chicos. Ninguno se sentía cómodo para entablar una conversación real. Y, sin embargo, ambos sentían que debían rellenarlo. La pared tenía razón. El objetivo de su estancia en la sala siempre había sido interactuar entre ellos y formar lazos. Y ellos lo habían evitado. Pero no solo era cosa de la pared y la sala. También estaba Vincent. De alguna manera, ese muchacho era alguien importante para ambos, y eso los unía. O debería unirlos. 

Greggory no se lo había querido plantear hasta ese momento, pero que Neville fuese tan cercano a Vincent no solo significaba que era una posible amenaza que activase sus celos. También significaba que el chico podía ayudarlo a entender otra parte de Crabbe. Y, si entendía por qué Crabbe apreciaba a Longbottom, quizás también pudiese aprender algo del Gryffindor. Lo bueno también podría contagiarse, ¿cierto?

—¿Por qué crees que le agradas a Vincent? —soltó de repente.

—Bueno... No lo sé. Quizás se vio reflejado en mí de alguna forma. Yo me veo reflejado en él, al menos. 

—¿En qué? 

—Pues ambos nos hemos sentido, de alguna manera, a la sombra del resto de nuestro grupo de amigos. Siguiendo a un líder a quien, realmente, nunca vimos como un igual. Y también creo que ambos tenemos un lado sensible parecido, aunque él tratase de esconderlo antes. 

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora