¡Hey, loves! Aquí Cat. Solo quería advertirles que esta semana apenas he podido escribir y no estaba con la mente muy centrada en continuar la trama, pero no quería dejarles sin capítulo. Así que este capítulo es cortito y quizás un poco innecesario, pero que espero que disfruten al menos un poco.
Sea como sea. Les digo que para el próximo capítulo estaré esperando sus lechuzas. Así que envíenlas en un comentario.
***
Harry miró al papel en blanco. El pergamino le devolvía la mirada. Lo estaba juzgando y Harry lo sabía. Pero temía más quién lo juzgaría una vez hubiese escrito la carta y llegase a su destinatario. No sabía cómo abordar el tema frente a Molly Weasley. ¿Cómo debía contarle la ruptura? ¿Debía intentar proteger a Ginny? ¿Debía ser cien por cien honesto con sus sentimientos? Si era honesto, estaría expresando más enojo del que quizás Ginny se mereciese.
Se imaginó esa carta llegándole a Molly Weasley. Se la imaginó reprendiendo a Ginny o haciéndole el vacío, tal y como había reaccionado cuando Rita Skeeter difundió todos esos rumores acerca de Hermione. Pero Harry no quería eso. No quería ser el motivo por el que madre e hija tuviesen problemas.
También se imaginó la situación opuesta. Se imaginó a Molly retirándole la palabra a él. Expulsándolo de la familia y de todas las tradiciones por haber hecho daño a su hijita. Se imaginó también que no lo escluiría, pero le guardaría rencor en cada cena navideña o en cada cumpleaños.
¿Y si lo mejor era no escribir la carta e intentarlo con Ginny una vez más? No por ellos. Por la vida que podrían tener juntos. Estaría dispuesto a todo con tal de no renunciar a eso. Estaría dispuesto a aguantar explosiones, a que su relación se quemase, a no ser nunca plenamente feliz. A ir demasiado rápido. A embarcarse en una relación sin que ninguno de los dos estuviese realmente preparado. Estaba dispuesto a todo eso. Porque no quería seguir perdiendo más familia.
—¿Qué sucede, Potter?
La voz le sacó de su ensimismamiento. Draco lo miraba. No parecía el mismo Malfoy de siempre. Tenía el pelo desorganizado y desenfadado. Incluso su pose era algo desgarbada y no tenía nada que ver con su usual porte elegante y altanero.
—Nada que te incumba.
—¿Estás teniendo problemas con el reto de tu querida pared?
El rubio se acercó.
¿Qué hora era? ¿Cuánto tiempo llevaba en el alféizar de la ventana dándole vueltas a qué debía escribir?
—Sí, un poco —admitió finalmente.
—Yo también creo que tendré algunos problemas con el mío —confesó el Slytherin también, sentándose frente a Harry en el hueco libre del alféizar.
—¿El gran Malfoy no es capaz de halagar a sus compañeros?
—Pues no. ¿El famoso Potter no puede contarle la verdad a su suegra?
—Ya no lo es.
—Lo siento.
Esas dos palabras pillaron de improvisto a Harry.
—¿Perdona?
—Que lo siento por ti, por la situación en la que estás. Y, bueno... También creo que he enredado un poco las cosas yo también.
—Sí, un poco.
Ambos chicos se quedaron en silencio. Draco miraba por la ventana distraído. Mientras tanto, Harry aprovechó para contemplarlo a la luz de la luna. Siempre había descrito sus ojos como grises como una tormenta. Pero ahora eran más azules grisáceos. Eran fríos, pero también había algo de calma en ellos. Parecía que la tormenta empezaba a despejarse.
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¿Verdad o reto? (HP)
Fanfiction¿Qué pasaría si encerráramos a cinco Slytherins y cinco Gryffindors en una misma habitación? ¿Y si, para colmo, empezasen a jugar a Verdad o Reto? ¿Qué pasa si añadimos cartas y una pared metiche? Harry, Ginny, Neville, Ron, Hermione, Draco, Pansy...