Tras la propuesta de la pared, Pansy pretendía protestar, pero se dio cuenta de que la voz no salía de su garganta.
¿Qué diantres le estaba ocurriendo?, se preguntaba angustiada.
Veo que la Panceta ya ha descubierto mi arma secreta.
Como no me fiaba de ustedes, he hecho que...
Bueno, que literalmente no puedan hablar.
¿Que cómo lo he hecho?
Es sencillo de explicar, pero ustedes no lo entenderían.
Poco a poco, los demás integrantes de la sala comprobaron con horror que, en efecto, no podían emitir ninguna clase de sonido. Sus voces se quedaban ahogadas en algún lugar de su interior.
Ahora, tómense su tiempo de reflexionar.
Pásenlo bien, chicos.
Goyle pateó la pared, a sabiendas de que no serviría de absolutamente nada. Pero necesitaba desfogar su ira de alguna manera. Crabbe le lanzó una mirada de compasión que su amigo no pudo ver.
***
Al principio a Ron le había hecho gracia la idea. ¿El resto del día sin aguantar al pirado de Malfoy y sus estúpidos comentarios? Tenía buena pinta. Además, quizás le sirviese para aclarar el desastre que tenía en su cabeza. Pero esa alegría se esfumó en el momento en el que se dio cuenta que debía pasar horas a solas con sus pensamientos. A él no se le daba bien eso de reconectar consigo mismo. No es que le pareciese inútil, sino extremadamente complejo. Como bien Hermione había apuntado una vez, su rango emocional coincidía con el de una cucharilla de té.
Todo había empezado la dichosa mañana en la que McGonagall les había citado en la sala de los Menesteres. Y poco después llegaron esos Slytherins que tanto había odiado. ¡Cómo había detestado la primera vez que había hablado el puerco de Malfoy! Le había llamado comadreja, traidor a la sangre, pobretón y un sinfín de insultos que no llegaba a recordar. Y eso había encendido toda su ira. Y lo había continuado haciendo día tras día en ese diminuto espacio. Incluso en la competencia de deportes lo había odiado. Aún cuando formaban parte del mismo equipo, no había desaprovechado la oportunidad de golpearlo con un balón.
Pero sabía cuándo había comenzado a incrementar ese sentimiento. Fue en el momento en el que Hermione le dijo que sentía algo por el hurón. Eso lo había destrozado por dentro de maneras que ignoraba que se podía. El tercer día estaban bromeando en el armario y dos días después, ella parecía estar enamorándose del rubio albino oxigenado.
Aunque, ¿quién era él para juzgar? También él había estado empezando a mirar a otra chica, aunque le costase admitírselo. No quería aceptar tan rápido sus sentimientos hacia la azabache y seguía poniendo barreras, incluso cuando ya habían decidido que tenían "algo".
Tal vez, le asustase pensar que si podía pasar página tan rápido, todo su amor por Hermione habían sido puras hormonas y nada realmente especial. Y él quería que lo que había sentido fuese especial. ¿Qué estaba diciendo? Lo que todavía sentía. Eso debía ser especial. Al fin y al cabo, había sido la chica con la que había soñado desde hacía años. No sabía decir el momento exacto en el que se había enamorado de ella, pero todo en ella era perfecto. O lo había sido.
Pero había besado a Pansy. Varias veces. Y por voluntad propia. Y realmente una parte de él quería creer que iba a funcionar. Pero, ¿tenían futuro fuera de aquella sala? Casi creía que tendría más futuro con Astoria. Y eso que tan solo había estado con ella un día. Y tampoco quería cometer con Pansy el mismo error que cometió con Lavender.
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¿Verdad o reto? (HP)
Fanfiction¿Qué pasaría si encerráramos a cinco Slytherins y cinco Gryffindors en una misma habitación? ¿Y si, para colmo, empezasen a jugar a Verdad o Reto? ¿Qué pasa si añadimos cartas y una pared metiche? Harry, Ginny, Neville, Ron, Hermione, Draco, Pansy...