Tercer día: 10 incómodos minutos en el paraíso

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Continuación de la parte anterior. Esta parte tiene ships muy locos, y para no pasármela poniendo "Y se hizo un silencio incómodo", he narrado lo que pasaba fuera del armario también. 

  Hermione y Crabbe. (Cramione)  

La rubia entró en el armario y se pegó todo lo que pudo a a un extremo. Crabbe por su parte, hizo lo mismo. Incluso contuvieron un rato la respiración, para no provocar roces entre ellos ni entre su aire. 

—Así que... tú y Goyle sois buenos amigos...

—¡Calla! ¡No quiero que me contagies la impureza de sangre con tu aliento!

¿Puedes gritar de frustración en silencio? Si se puede, Hermione lo hizo. «¿Se puede ser más idiota? ¿Cómo le voy a contagiar ser hija de muggles con el aliento? ¡Si se pudiera lo haría nada más que para fastidiarle! Pero... él no sabe que no se puede...»

—Bueno, Vicent Crabbe, entonces a Goyle bien con Pansy, ¿no? ¿O estabas tú con ella? La verdad es que no lo sé, perdona, me parecéis los dos iguales... Sobre todo con esos conjuntos a juego. Me recordáis a mí con mis amigas muggles en parvulario. 

Ahora era Crabbe quien estaba frustrado. Como le contagiase algo de sangre sucia o de sabelotodo, la mataría. Además, ¿cómo podía decir comentarios tan insultantes? ¡Era como decir que la chica Weasley y ella eran iguales! ¡No es así en absoluto! Y además, ¿les estaba comparando con niñas muggles? 

Mientras tanto, fuera del armario, Goyle trataba de abrazar a Pansy muy torpemente. La chica solo quería huir de los brazos de ese gorila, pero ahora era muy tarde para pensar en las desventajas de fingir estar enamorada de él. Cuando vio que cierto rubio se fijaba en ellos con cara molesta, intentó con todas sus fuerzas parecer una bobalicona pareja cursi. 

—Deberíamos ponernos apodos, mi grandullón.

«Que cuele este tono, por favor. Que cuele porque no lo podré repetir nunca más si sigo viendo la cara de Goyle». En realidad, no odiaba a Goyle, pero no quería estar con él. Pero tampoco quería admitir que solo le estaba utilizando. Eso le haría mucho daño al grandullón, y ella sabía lo que era ese dolor. 

—¿Qué tal si te llamo "princesa"?— le preguntó el chico con una voz grave. La Slytherin pensó en lo irónico de la situación, ya que era Goyle quien iba vestido de princesa. Contuvo una carcajada. 

—Me encantaría— y no mentía. Siempre había soñado con que su chico la llamase princesa. El único problema era que su chico era Greggory. 

—Así se supone que debéis actuar vosotros— regañó Ginny a Ron y Astoria. 

—Estómago mío— gritó con sarcasmo la castaña, fingiendo emoción sobreactuada. 

—¡Patito mío!

—¿Patito?—preguntaron todos. Y cuando digo todos, es TODOS. Draco, Harry, Neville, Astoria, Ginny, Pansy y Goyle. 

—Eh... esto...

—Tiene la imaginación en bancarrota porque solo tiene apodos para una persona: Hermione—insistió Harry. 

—Yo les daría una oportunidad a estos dos. Todos sabemos que Hermione es de Neville— siguió Draco. 

—¡¡No!!—se negaron Ginny, Harry, Ron, Astoria y, por supuesto, Neville. 

—A ver, a ver, a ver—interrumpió Pansy—. Entiendo por qué se han negado los de la apuesta. E incluso entiendo por qué se ha negado Neville. Y también Ron, porque ama a Hermione. Pero tú, Greengrass, ¿tienes motivos ocultos?—preguntó con una ceja alzada. 

¿Verdad o reto? (HP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora