38: Oh no, eres una persona madrugadora (Día 5)

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El cielo todavía está oscuro mientras los ojos de Kim miran por la ventana

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El cielo todavía está oscuro mientras los ojos de Kim miran por la ventana.

Hay un chico durmiendo a su lado en su cama y la atención de Kim se divide entre él y el cielo que, poco a poco, se va aclarando a medida que aparecen en el horizonte las primeras señales del amanecer.

Kim suspira; no está cansado incluso cuando solo durmió dos horas. Nunca ha podido dormir normalmente, no después de todas esas noches escuchando a Tankhun gritar en medio de su casa. Cuando eso sucedía, Kim solía ir a la habitación de su hermano mayor para abrazarlo y permanecer despierto hasta que Khun pudiera volver a dormir. Kim nunca fue un niño cariñoso pero sus abrazos fueron lo único que ayudó a Tankhun a dejar de gritar y llorar por las noches, por lo que siguió haciéndolo. No, no era un niño cariñoso, pero amaba a Tankhun y Tankhun fue la primera persona a la que quiso proteger.

Pero ahora hay otra persona importante para él. Esa persona duerme plácidamente y Kim piensa que mirarlo es mejor que mirar el milagro de una nueva mañana. Kim sabe que ama a ese chico más de lo que se ama a sí mismo. Kim sabe que ama a ese chico como ningún otro ser humano ha amado jamás y tiene suerte de tenerlo ahí, en su habitación, dándole la bienvenida a un nuevo día a su lado.

Kim sonríe ante sus pensamientos cursis. Sabe que mucha gente dice que es un demonio sin corazón, pero ¿a quién le importa lo que digan todos? Tiene un corazón y cada uno de sus rincones está lleno de amor puro, un amor más grande que el mundo y que ninguna palabra puede explicar. Pero él siente ese amor, es real, es lo único que lo mantiene con vida.

En ese momento, el cielo está gris pero Kim sabe lo que viene a continuación y de repente necesita que Chay comparta eso con él. Bueno, tal vez sea un romántico empedernido después de todo pero quiere mostrárselo a Chay, será como mostrarle su corazón nuevamente. Todavía hay muchas cosas que Chay no sabe de él y el hecho de que le gusta contemplar el cielo cuando amanece, es una de ellas.

Kim comienza a mover el cuerpo de Chay suavemente, llama su nombre de la misma manera hasta que los ojos de Chay comienzan a abrirse lentamente.

—¿P'Kim?— murmura Chay usando un adorable tono de voz somnoliento.

—Buenos días, ángel— dice Kim y besa la frente de Chay.

—¿Estás bien? ¿Qué hora es?

—Temprano.

—¡Oh no, eres una persona madrugadora! Quería quedarme en la cama hasta el mediodía— dice Chay y cubre su rostro con la sábana blanca y Kim lo encuentra adorable pero al mismo tiempo lamenta haber despertado a Chay temprano en su día libre.

—No quise molestarte pero hay algo que quiero mostrarte y... ¿sabes qué? Tienes razón, solo estoy siendo tonto. Necesitas descansar, vuelve a dormir.

Kim sonríe pero Chay descubre su rostro, se levanta y toma la mano de Kim entre las suyas. A Chay no le gusta cuando la voz de Kim suena triste. No le gusta el hecho de que Kim piense que tiene que obedecer todos sus deseos. No quiere que Kim piense que no puede estar ahí para él cuando se lo pide.

—Quiero verlo— dice Chay y besa suavemente a Kim—. Muéstrame.

Kim lo envuelve en sus brazos y señala la ventana donde el cielo ahora está pintado en diferentes tonos hermosos de rosa, naranja y dorado.

—Es hermoso— susurra Chay encantado, nunca antes había visto un cielo así principalmente porque no es una persona madrugadora.

—Mucho— responde Kim pero no mira al cielo.

Sus ojos están en Chay. Está mirando el cielo de la mañana reflejado en los ojos puros y tiernos de Chay. Todo lo que es hermoso está ahí en esa mirada y Kim sabe que nunca olvidará ese amanecer en los ojos de Chay. 

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora