189: Apuesta (Día 9)

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—Te apuesto a que no puedes pasar un día entero sin besarme— dijo Chay, Y Kim sonrió de forma alegre al desafío.

—¿Tan seguro estás? — preguntó Kim siguiéndole el juego.

—Por supuesto. Me amas, estás loco por mí. No puedes pasar más de 24 horas sin besarme— dijo Chay de modo coqueto—. Admítelo, o ¿quieres hacerlo más emocionante? Si logras estar un día entero sin besarme, te daré lo que tú quieras.

—¿Lo que yo quiera? — preguntó Kim de modo insinuante.

—Lo que sea que tú desees, amo Kim— dijo Chay pasando su lengua de forma juguetona por sus labios.

Y sí, Kim sabe que ese debió ser el momento en el que debió abandonar cualquier pretensión de orgullo. Kim sabe que, en ese instante, la mejor decisión hubiera sido besar a Chay sin descanso y olvidarse de cualquier apuesta porque, ¿a quién quiere engañar? Chay tiene razón, no es capaz de dejar de besarlo, es adicto a sus labios.

Y ahora, en ese instante, tiene que pagar cara la estupidez de su decisión de aceptar la apuesta. Chay está ahí, frente a él, leyendo uno de los libros de sus clases en la universidad y se ve tan hermoso. Y los ojos de Kim no pueden ir más que a sus labios una y otra vez. Son tan rosas y se sienten tan suaves y es una experiencia única poder acariciarlos con los suyos, y delinear su forma con su lengua y ... oh, demonios, cómo quisiera besarlos justo ahora, al diablo la apuesta.

¿Qué más da si Chay no le da lo que el quiere? Lo único que necesita es besarlo de forma urgente.

Es así como Kim se levanta de su sillón y se acerca a Chay quien sonríe cuando Kim toma el libro que leía entre sus manos y lo aparta suavemente, de modo que el rostro de Kim quede justo en frente de su amado.

—Tienes razón— dice Kim, la voz temblorosa por el deseo.

—¿En qué exactamente? — pregunta Chay de modo travieso.

—No puedo pasar un día sin besarte— dice Kim.

—Ni siquiera ha pasado una hora desde la apuesta, amo Kim— dice Chay de forma burlona.

—Bueno, pues eso, no puedo pasar ni una sola hora sin besarte así que... ¿el perdedor puede tener un premio de consolación?

Chay rompe a reír y toma el rostro de Kim para besarlo de forma intensa y profunda y sí, claro que sí, ese beso es mil veces mejor que cualquier otra cosa y algo le dice, quizá la forma sedienta en la que la boca de Chay consume la suya, que en esa habitación hay otra persona que no puede pasar una sola hora sin besar a Kim también. 

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora