49: Te Odio-También Te Amo (Día 16)

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—Chay, ¿qué es lo que más te gusta de ti?— pregunta Kim

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—Chay, ¿qué es lo que más te gusta de ti?— pregunta Kim.

Ambos chicos miran por la ventana mientras la lluvia golpea fuertemente el vidrio. Chay y Kim están sentados en el sofá, Kim abraza el cuerpo de Chay y una manta los abriga en medio de un día tan gris y melancólico.

—Creo que tú responderías mejor a esa pregunta, ¿no?— dice Chay sin tener idea de cómo responder una pregunta como la que Kim acaba de hacerle—¿Por qué no respondes esa pregunta primero?  Nunca he pensado en eso.

—Oh, vamos, solo dime una cosa—pide Kim mientras una tierna sonrisa que Chay no puede resistir aparece en sus labios—. Te prometo que después de que me digas tu respuesta, te diré la mía.

Chay suspira porque la sonrisa de Kim es demasiado hermosa para negarle algo.  En realidad, no hay un momento en el que Chay pueda negarle ninguna de las cosas que pide Kim.  La voz de Kim es como una dulce orden que se apodera de su propia voluntad.  Si Kim le pidiera que le trajera una estrella del cielo, Chay seguramente la obtendría sin dudarlo un poco.

Sin embargo, pensar en una sola cosa que le guste de sí mismo es muy difícil ya que de hecho nunca ha pensado en las cosas que más le gustan de sí mismo porque de todos modos no es una persona que esté siempre consciente de sí misma. Algunas personas le han dicho que no es un hombre deslumbrante, siempre se ha percibido como un chico muy común.  Por supuesto, Kim siempre le dice que es hermoso, pero Chay cree que su amado lo ve con ojos de amor.

Chay se queda en silencio por un momento, sus ojos miran directamente a los ojos de Kim y ahí es cuando la repentina revelación llega a través de él.

—Mis ojos—dice Chay con una brillante sonrisa en los labios.

—Tus ojos, por supuesto— acuerda Kim mientras asiente y se pierde en los ojos brillantes y dulces de Chay—. Ciertamente son preciosos. 

—Pero esa no es la razón por la que me gustan, míralos de cerca, averigua qué hay en ellos. 

Kim sigue las instrucciones de Chay con una mirada confundida en su rostro.  Sus ojos están tratando de revelar el misterio que se esconde en las pupilas de Chay y cuando finalmente lo consigue, una sonrisa triunfante aparece en su boca.  Kim toma las mejillas de Chay entre sus manos porque se queda sin palabras por su respuesta.

—Mi reflejo, por eso te gustan tus ojos, porque mi reflejo está en ellos—dice Kim —. Estás haciendo trampa. 

—No es cierto, te estoy diciendo la verdad.

—Te odio, eres demasiado lindo para mi propio bien—dice Kim.

—Yo también te amo— responde Chay.

Kim se ríe y luego envuelve a Chay en sus brazos mientras se pierde nuevamente en la mirada de Chay.  Porque a él también le gusta lo que ve reflejado en los ojos de Chay.  Chay lo mira como si fuera la criatura más hermosa jamás creada en todo el universo e incluso cuando Kim sabe que es solo un tipo normal al que aman profundamente, puede creer que es tan deslumbrante mientras Chay lo mire como está mirándolo en ese preciso instante. 

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora