Kim está demasiado cerca de él y Chay no puede evitar un estremecimiento involuntario. Chay tampoco puede escuchar nada porque Kim se aseguró de cubrir sus oídos con un protector de primer nivel. Los dos están en el campo de tiro de la mansión de la familia Theerapanyakul.
No están solos ya que varios de los guardaespaldas de Tankhun están ahí, ya que su jefe decidió no perderse los primeros pasos de Chay en el arte de usar un arma.
Lo cierto es que Chay no estaba especialmente entusiasmado con la idea pero ese mundo lleno de peligros al que acaba de entrar exige esas y otras tantas precauciones de las que no se habría tenido que preocupar jamás si hubiera podido tener una vida normal.
Pero no la tiene y la única condición para empezar con su práctica fue que su maestro de tiro fuera Kimhan.
Y sí, ahora mismo puede admitir que fue una muy mala idea tomar esa decisión porque Kim está demasiado cerca. La espalda de Chay está apoyada sobre el pecho firme de Kim quien guía sus manos de forma lenta, haciendo que la piel de Chay arda con ese contacto.
Kim no dice nada, simplemente intenta que Chay aprenda a sostener el arma, a quitar el seguro, a apuntar a donde debe y luego, a jalar el gatillo con movimientos exactos que Kim indica solamente con el toque de sus manos.
Pero es difícil concentrarse, muy difícil. Chay puede oler el perfume de Kim y eso lo distrae. Además, minutos atrás Chay miró a Kim disparando como si fuera algo natural y sencillo y oh, dios, se veía tan sexy haciéndolo.
Las mejillas de Chay se sonrojan al recordarlo y no le ayuda en nada sentir el aliento de Kim sobre su cuello.
Es en ese instante en el que Chay decide voltear su rostro hacia atrás y se encuentra con una mirada llena de calor en los ojos de Kim quien está observándolo ahora como si Chay fuera, bueno, algo delicioso.
—Luces tan sexy justo ahora, ángel —dice Kim pero Chay no puede oírlo.
Sin embargo, esa mirada hace que Chay se olvide de todo y simplemente le ofrece sus labios a Kim quien los toma en un beso ansioso y algo incómodo pero no por ello menos placentero y…
—¡Kimhan y Porchay dejen de hacer eso, van a matar a alguien!— grita Khun y entonces Porchay abre los ojos cuando Kim deja de besarlo.
Y al hacerlo se da cuenta de que ya ha disparado el arma y que la bala que disparó ha atravesado la pared a dos metros del lugar donde estaba su objetivo.
Chay se sonroja de forma profunda pero no dice nada y Kim simplemente se echa a reír mientras quita el aparato de protección de los oídos de Chay.
—Creo que debemos buscar otro maestro, ángel, Khun tiene razón, no debo poner a nadie en riesgo solo porque no sé controlarme cuando eres el chico más sexy del universo y sostienes un arma— dice Kim y dios, se ve tan hermoso cuando sus mejillas se sonrojan aunque eso sea tan raro de ver.
—¿De verdad luzco sexy?— pregunta Chay de forma coqueta y Kim ríe y lo abraza por la cintura.
—Demasiado. Eres demasiado hermoso para este corazón, Chay—dice Kim y vuelve a besarlo de forma profunda y el arma cae al suelo y Khun vuelve a gritar que los dos están haciendo todo mal y que se larguen a buscar un cuarto.
Pero Chay ya no lo escucha y no le importa que todos los guardaespaldas y Khun le cuenten a todo el mundo que su primera lección de tiro ha sido un desastre. Kim ha dicho que luce sexy disparando un arma y Chay tomará eso como su primer triunfo en el campo de tiro.
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KimChay Moments
FanfictionEscritos cortos llenos de amor y cosas dulces para sanar nuestro corazón después del final desgarrador de Kim y Chay en el canon.