—Demonios, no otra vez.
Chay sintió terror al ver la puerta de su casa abierta de par en par. WIK no estaba. WIK había huido otra vez.
El chico corrió sin que le importara en lo más mínimo haber dejado su mochila de la escuela sobre la banqueta, la calle era un lugar demasiado peligroso para un gatito pequeño, un gatito que al parecer odiaba quedarse solo en casa. Un gatito al que sí, gracias por notarlo, le había puesto el nombre de su mayor ídolo musical.
Pero en ese momento, lo último que le importaba a Chay era su atrevida elección de nombre. Tenía que encontrar a WIK, tenía que llevarlo a casa de nuevo e insistirle a Porsche que era totalmente necesario poner nuevas protecciones en las puertas y ventanas. Vaya, quizá sería mejor idea llevar a WIK con él a todos lados.
Chay sintió un tirón de desesperación a medida que las calles pasaban frente a él sin poder encontrar a su gatito. Chay lo había rescatado semanas atrás después de encontrarlo abandonado en una caja en medio de la lluvia y gente que pasaba a su lado ignorándolo. Y ahora lo había perdido. Vaya que era un dueño bastante malo.
—¡WIK! ¡WIK! ¿Dónde estás? — gritó Chay mientras se internaba en uno de los parques más solitarios del vecindario.
Los niños no solían ir ahí debido al aspecto algo tétrico del lugar pues había enormes árboles a ambos lados de los caminos, lo que no dejaba que entrara demasiada luz de sol. El lugar estaba solo y Chay pensó en irse de forma inmediata, pero se dijo que aquel era el lugar perfecto en donde un gatito pequeño de pelaje gris podría esconderse.
—¡WIK! — gritó Chay una vez más y esta vez su corazón latió con esperanza porque su grito fue respondido por un maullido alegre— ¿WIK?
Chay echó a correr hacia el lugar de donde provenía el maullido sintiéndose un poco más aliviado. WIK estaba cerca, tenía que llegar a él.
—¡WIK! — gritó una vez más Chay y al llegar al lugar de donde provenían los maullidos, el chico sintió que estaba a punto de desmayarse, pero nada tenía que ver con la carrera alocada que había emprendido.
—Oh, hola, es... ¿es tuyo? — dijo un chico terriblemente guapo frente a él.
Un chico que era igual a WIK, el cantante.
Un chico que sostenía a WIK, su gato, entre sus brazos.
—Es mío— logró decir Chay después de varios embarazosos segundos de silencio.
—Es un gatito, lindo— dijo WIK el cantante y Chay tuvo ganas de preguntar si eso era un sueño—. Y tiene un nombre bastante original.
Las mejillas de Chay se encendieron por las palabras de WIK quien seguía sonriéndole de aquel modo que podría robarle el aliento a cualquier mortal. WIK puso al gatito en sus brazos y el muy travieso comenzó a maullar de nuevo haciendo que el cantante famoso volviera a acariciarlo.
—Deja de molestarlo, WI...—dijo Chay, pero se sentía tonto llamando a su gato de ese modo.
—No es molestia, me gustan los gatos— dijo WIK— ¿Puedo jugar con él un poco más?
Chay asintió y por un momento se olvidó de preguntar qué demonios hacía una celebridad en su vecindario. Chay se quedó quieto mirando a su ídolo mientras le hacía cariños a su gatito. Chay se dejó llevar por el momento, ¿Qué más daba si todo era un sueño? Pero no lo era, Chay sabía que no lo era así como decidió disfrutar aquel mágico encuentro.
NDA: ¡Empezaremos el tercer Flufftober para KimChay! Me siento alegre de participar otra vez y escribir de Kim y Chay a los que jamás superaré. Estos últimos meses han sido difíciles porque cierta autora comenzó su camino investigador como estudiante de posgrado y es horrible, amigues, horrible xD Pero bueno, quería descansar de la escritura académica un rato y creo que la mejor forma de hacerlo es escribir cosas lindas de estos dos por 31 días seguidos. ¡Deséenme suerte en esta aventura y en la escritura académica también! ¡Feliz Octubre! :D
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KimChay Moments
FanficEscritos cortos llenos de amor y cosas dulces para sanar nuestro corazón después del final desgarrador de Kim y Chay en el canon.