149: El columpio del porche (Día 7)

390 80 32
                                    

Nota: Esta historia ocurre en un universo alterno

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nota: Esta historia ocurre en un universo alterno.

El pequeño niño camina un tanto asustado, está solo, no sabe dónde está su hermano mayor. Su nombre es Chay y el mundo a su alrededor es demasiado grande, demasiado solitario. Hace unos minutos había estado sosteniendo la mano de Porsche, pero ahora vaga solo por una calle de casas elegantes y bonitas, tan bonitas como la casa que sus padres dejaron para él y para Porsche. Su hermano mayor dice que deben cuidar esa casa con todo su corazón porque es el último gran regalo de mamá y papá y Chay intenta obedecerlo en todo.

Y es que el niño no sabe muy bien qué fue lo que pasó pero mamá y papá se han ido y él solo tiene a Porsche. Los dos habían salido de casa temprano y Porsche le había comprado una bola de arroz rellena de ciruelas dulces para desayunar y Chay se había sentido muy feliz porque ahora es muy raro que los dos puedan comer algo fuera de casa. Chay pensó que los dos pasarían el día en el parque como antes. Chay pensó que la alegría volvería a los ojos de su hermano mayor pero no había sido así y para hacer las cosas peores, ahora estaba perdido y hambriento como un cachorrillo bajo la lluvia.

Es en ese momento cuando Chay rompe a llorar. No sabe a dónde ir, no sabe qué hacer. En la escuela le dijeron que si llegaba a perderse tenía que pedir ayuda, pero ahora mismo no hay nadie a su alrededor y el niño siente terror al pensar en tocar el timbre de alguna de las puertas de esas casas enormes. Chay se siente tan pequeño a pesar de que le ha dicho a Porsche mil veces que ya es un niño grande. Chay se siente muy triste y en momentos como ese, le encantaría poder volver a ver a su mamá.

Las lágrimas caen por sus mejillas con fuerza, Chay no las limpia. El niño se limita a seguir caminando y después de un rato se detiene frente a una casa bien iluminada que tiene un jardín muy bonito. Pero lo que llama la atención del pequeño no es el jardín sino el columpio que cuelga del techo del porche. El columpio está ocupado por un niño vestido de negro, sus ojos parecen muy tristes y parece ser solo un poco mayor que él. Chay siente un poco de miedo al mirarlo, pero luego los ojos del otro niño se quedan fijos en él y levanta una mano a modo de saludo.

Y eso es suficiente. Cuando Chay mire hacia atrás, pensará que bastó solo con ese gesto de su mano para que él le entregara su corazón completo al niño del columpio en el porche, pero en ese momento solo se siente aliviado porque ya no está solo en medio de la oscuridad.

El otro niño se levanta del columpio y se acerca a él también. Parece ser un niño demasiado serio y Chay descubre que sus ojos parecen tan viejos como los de Porsche.

—¿Qué haces aquí tú solo? — pregunta el niño y a Chay le gusta la calidez de su voz.

—Me perdí, no sé donde está mi hermano mayor— responde Chay luchando por hablar con normalidad a pesar de que no ha dejado de llorar.

—¿Y tu mamá? — pregunta el otro niño.

—Mamá ya no está— dice Chay y no sabe por qué, pero empieza a llorar con más fuerza—. Mamá ya no está.

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora