152: Amor de mi vida (día 10)

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Esta es una carta que Porchay Kittisawat escribió para Kimhan Theerapanyakul en el día de su décimo aniversario de bodas

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Esta es una carta que Porchay Kittisawat escribió para Kimhan Theerapanyakul en el día de su décimo aniversario de bodas.

Mi amado Kim:

¿Te he dicho ya que la primera vez que vi tu rostro fue en un sueño?

Estoy totalmente seguro de que no lo he hecho. Desde que nos conocimos no ha habido tiempo para hablar de cómo empezó nuestra historia y no me estoy quejando porque también he descubierto que a tu lado es mejor tener nuevas aventuras que hablar del pasado.

Pero hoy es nuestro décimo aniversario de bodas y soy un romántico empedernido tú ya debes saberlo, así que quiero contarte esa historia. Quizá a estas alturas de nuestra vida ya estás cansado de escucharme, pero déjame seguir hablando de mi historia de amor favorita, la historia de amor de los dos.

Es curioso cómo pasa el tiempo a toda prisa. Es extraño mirar hacia atrás en mi vida y notar que muchas de nuestras primeras veces sucedieron hace más de diez años y aún más si empiezo a contar desde el día en que tuve el sueño del que estoy hablando.

Verás: en ese entonces me sentía solo, la soledad siempre había sido una constante en mi vida, todos solían irse de mí haciéndome pensar que quizá era yo quien tenía un problema que no podía resolverse. Mis padres se fueron. Mi hermano mayor se había ido también. Éramos solamente yo y un par de sueños contra el mundo y muchas veces me pregunté si alguna vez, tendría a alguien a mi lado que no quisiera irse.

Pero entonces, entonces soñé contigo esa primera noche, ahora sé que eras tú. Alguien apareció en mis sueños y tomándome de la mano me prometió que el día que lo encontrara yo jamás volvería a estar solo. Sé que la persona del sueño me miró con tus ojos y me sonrió con tus labios. Sé que esa persona me habló con tu voz y la promesa de ese sueño estuvo conmigo, como un talismán en el corazón por más de un año.

Y luego, la primera vez que vi tu rostro en el mundo real, la primera vez que te escuché cantar en uno de tus videos musicales supe que te había encontrado, no me puse a pensarlo, simplemente lo supe. La primera vez que te vi me sorprendí porque sabía que no era la primera vez para nada porque antes habías estado en mis sueños. Tus ojos tristes me habían perseguido desde el momento en que soñé contigo y mirarlos directamente era tan brillante como ver el sol de la mañana.

Y luego todo sucedió como si se tratara de otro sueño, creo que durante la primera parte de nuestra historia pensé que caminaba en un sueño día tras días. Ahí estabas tú, mi ídolo bajando de su pedestal para ser mi tutor de guitarra. Ahí estaba yo, un chico demasiado deslumbrado y dolorosamente enamorado de esa persona que le prometió no dejarlo solo en uno de sus sueños.

Estoy seguro de que no habías amado a alguien hasta que me conociste y, ¿sabes algo? Estoy egoístamente feliz de que todo el amor en tu corazón esté destinado a ser mío y solo mío. Me confesaste que antes de encontrarte conmigo tú no sabías lo que era el amor y yo tampoco lo sabía así que déjame contarte cosas más interesantes que nunca te he contado hasta hoy:

Descubrí el amor la primera vez que dijiste mi nombre mientras me mirabas a los ojos, al ver tu mirada sentí que en realidad había pasado mi vida entera enamorado de ti. O tal vez me enamoré de ti con calma, cayendo lentamente como las gotas de una tímida lluvia de primavera. Quizás cada una de tus miradas, tus palabras y todas las cosas que hiciste por mí fueron como una pieza de un rompecabezas y cuando me di cuenta, una historia de amor se había completado para los dos.

Y la primera vez que tocaste mis manos supe que quería más de ti. Tú estabas ahí diciéndome que querías darme un masaje después de haber estado practicando por muchas horas con la guitarra y yo te dejé hacerlo porque tu piel era tan cálida y había estado deseando que me tocases con tanto anhelo que casi me avergüenzo de mis propios deseos. Tu piel también era suave y quise quedarme a vivir en tus manos por siempre. Creo que, cuando me tocaste, simplemente supe que jamás me iría de ti.

Así que dime, amor mío, ¿has sido tan feliz como yo durante estos diez años de vida juntos? ¿Sigues feliz de llamarme tu esposo y tu compañero de vida? Mi esposo, me encanta cómo suena esa palabra y estoy feliz de vivir en un mundo en el que puedo llamarte así.

¿Te acuerdas de nuestra boda? Fue un día maravilloso y no me dejes empezar a hablar de lo hermoso que te veías durante nuestra ceremonia y luego, en nuestra recepción. Eres demasiado hermoso, esa es la verdad, y ese día parecías un príncipe, eras mi propio príncipe azul. Nuestro primer beso como esposos delante de todas las personas que nos aman fue muy dulce. Nuestro primer baile juntos fue como ser parte de las estrellas porque estabas cantando esa preciosa canción que escribiste para mí.

Y en ese preciso momento volví en el tiempo y pude volver a ver toda nuestra historia. Recordé nuestra primera charla y nuestro primer beso en la soledad de tu estudio. También recordé la primera vez que te dije que te amaba porque ese fue un momento feliz para mí, aunque tú no pudiste decirme lo mismo. También pude ver los recuerdos de nuestra primera noche juntos y cómo se sintió ser fuego en tus brazos y debajo de tu cuerpo. Y todos esos recuerdos ardían en tus ojos y todo lo que podía pensar era: de verdad me he casado con el amor de mi vida.

Porque eso es lo que eres, mi amado Kimhan. Eres todo el amor del universo para mí y estoy muy agradecido por haber pasado diez años contigo y espero que podamos seguir caminando juntos hasta el último minuto que tengamos en este mundo. Y cuando tengamos que volver al infinito, cuando sea necesario volver al cielo y ser estrellas una vez más, espero encontrarte allí una vez más para escribir una nueva historia a tu lado.

Quiero volver a verte por primera vez.

Quiero volver a reírme contigo por primera vez.

Quiero enamorarme de ti de nuevo.

Quiero besarte profunda y suavemente como más te gusta por primera vez.

Si pudiera vivir otra vida, te encontraría allí y te amaría sin miedo y para siempre de nuevo. Pero creo que es muy pronto para pensar en otras vidas y otros mundos. Ahora mismo tengo la suerte de tenerte a mi lado y lo que me queda para vivir aquí, lo quiero vivir contigo.

Kim, ciertamente hemos tenido una vida memorable, pero, ¿sabes qué? Lo más bello de todo eso es que aún tenemos tantas páginas por escribir. Así que sigamos haciendo buenos recuerdos durante diez, veinte o mil años más.

Feliz décimo aniversario, mi amor. Por favor, déjame saber que sigues siendo el hombre más feliz del mundo porque estamos juntos y que amas a tu ángel más que a nada en este universo. Tu amor es lo mejor que tengo. Voy a besarte todo el día, amor de mi vida.

Tuyo para siempre, Porchay. 

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