El claro cielo nocturno de verano los cubre. Ambos chicos permanecen en silencio mientras dejan vagar sus ojos a través de la noche estrellada. A Kim le resulta relajante saber que es tan pequeño en un universo enorme. Es casi como si su vida no tuviera significado y ese pensamiento lo hace sentir tranquilo. En el orden de las estrellas, él no es más que una diminuta partícula, una luz que en poco tiempo se apagará. Sí, es triste saberlo, saber que ni las estrellas durarán para siempre pero a la vez también es reconfortante.
— ¿Sabes qué es lo que sucede cuando muere una estrella?— pregunta Kim, y Porchay lo mira con reverencia.
Antes de que Kim comenzara a hablar, también había estado mirando las estrellas pero no las de arriba. Porchay miraba las estrellas que se reflejaban en los ojos de Kim. Porchay piensa que los ojos de Kim son mucho más hermosos que todas las estrellas del universo. Quizás Kim sea la única estrella en el universo de Porchay. Y en este mismo momento puede decir que su estrella está un poco triste. Kim tiene ese tipo de mirada en sus ojos que es completamente melancólica.
Porchay niega con un movimiento de cabeza para responder a la última pregunta de Kim y Kim sonríe con tristeza mientras toma las manos de Porchay entre las suyas.
—Algunas de las luces que estás mirando ahora son estrellas moribundas. Tienden a ser más brillantes cuando se están quedando sin combustible. Es hermoso, ¿no crees? La muerte de una estrella es maravillosa, todo es luz y brillo para los que la miran. E incluso cuando mueren, su luz sigue alcanzándonos. Se necesita coraje, ¿no crees? Se necesita coraje para saber que eres finito y seguir existiendo después de todo.
—Son como nosotros, entonces— dice Porchay y Kim sonríe suavemente porque sabe que puede hablarle de estrellas a Porchay y él nunca lo hará sentir como si no importara.
Porchay escucha, Porchay entiende. Porchay sabe que cuando Kim habla de estrellas en realidad está hablando de sí mismo y de todas esas cosas que no puede decir directamente, por ejemplo, todo el miedo que todavía tiene en su corazón cuando piensa que algún día morirá y que tendrá que dejar a Porchay cuando suceda.
—¿Cómo? ¿Cómo podemos ser como las estrellas?— pregunta Kim.
— Tú y yo tendremos un final también, lo sé. Pero hasta que llegue ese día, estaremos brillando, encenderemos todo lo que nos rodea. Nosotros también somos estrellas, P'Kim. Estamos hechos del mismo material del que están hechas las estrellas, ¿no es así? Entonces, cuando se nos acabe el combustible, dejaremos este universo sin remordimientos y quizás volvamos a ser astros. Eso es lo que hacen algunas estrellas: explotan y luego nace una nueva.
—Mira, es una estrella fugaz, pide un deseo— dice Kim con total adoración, el chico se siente conmovido por las palabras de Chay pero no sabe qué más decirle.
—No necesito pedir un deseo, te tengo aquí conmigo. No necesito nada más— afirma Chay.
Y Kim sonríe, no puede hacer otra cosa. Porchay no sabe lo hermoso que es en ese momento mientras habla con esa voz llena de certeza, llena de calidez. Kim sabe que Porchay ha dicho esas cosas porque las cree con todo su corazón. Y eso es hermoso, el alma de Porchay es un universo de luz. Kim suspira y decide creer en lo que cree Porchay también. Ya nadie los separará y si algún día tienen que irse, Kim sabe que tendrá el coraje de buscar en el universo hasta encontrar a Porchay nuevamente...
NDA: Estoy un poco triste hoy. Esto fue escrito mientras escuchaba "Saturn" de Sleeping at last.
ESTÁS LEYENDO
KimChay Moments
FanficEscritos cortos llenos de amor y cosas dulces para sanar nuestro corazón después del final desgarrador de Kim y Chay en el canon.