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Es una visión impactante: la sonrisa de Chay antes de levantarse de la cama. Parece un ángel desde el primer momento que abre los ojos. No hay un solo segundo en el que no le parezca celestial a Kim.
Kim suspira al verlo. El sabor de Chay todavía está en su boca después de su beso de buenos días. El sol dorado se derrama por la ventana y se refleja en la piel de Chay. No hay ropa que lo cubra y los ojos de Kim lo encuentran fascinante.
Pero Chay es un poco tímido por lo que rápidamente cubre su cuerpo con una de las sábanas blancas que sobrevivieron a la pasión de la noche anterior. La sonrisa en el rostro de Kim se ensancha un poco más al recordar cada caricia, cada beso, cada palabra que dijeron.
Su cuerpo tiembla con anticipación, pero sabe que no pueden divertirse en ese mismo momento. Chay necesita estar en clase y él tiene que asistir a una aburrida reunión de negocios tras otra durante todo el día. Lo odia, pero también sabe que tiene que ayudar a Kinn con eso.
Sin embargo, Kim está feliz y cuando ve a Chay poniéndose su propia camiseta blanca, algo en él se enciende de nuevo. Chay se ve adorable usando esa prenda. Su ropa definitivamente no es del estilo de Chay, pero el chico se ve tan guapo: cabello desordenado, labios rojos e hinchados y la camisa de Kim sobre su piel.
Kim no puede resistirlo más, así que camina hacia Chay y lo toma en sus brazos. Es imposible pensar en salir de esa habitación cuando Chay está ahí luciendo así. ¿Por qué el mundo no se ha detenido todavía? Esa mañana no hay nada más importante que el hecho de que su ropa se ve mejor cuando Chay la usa.
—P'Kim, detente, no puedo saltarme la clase de la mañana— dice Chay con firmeza, pero los labios de Kim están dejando pequeños besos en todo su cuello.
—¿Estás seguro?— pregunta Kim.
Pero está distraído por el dulce sabor de la piel de Chay. La piel del otro chico sabe a luz del sol. La piel de Chay sabe a felicidad y amor y todo lo que es bueno y valioso en este mundo.
—Sí, estoy seguro. La última vez que hiciste esto, me perdí una prueba importante.
—Tienes razón ángel, lo siento, será mejor que te prepares para ir a la universidad— dice Kim con un tono triste que hace que Chay se gire en sus brazos para poder mirarlo a los ojos.
—No tengo clases por la tarde— dice Chay y se alegra de ver que Kim vuelve a sonreír con un dejo de picardía en los labios.
—¿No?
—Recompensaré su paciencia, amo Kimhan— dice Chay mientras toma el rostro de Kim entre sus manos y lo besa suavemente— ¿Puedes saltarte tus reuniones de negocios por mí?
—No hay nada más importante que tú en mi agenda, mi ángel. Te recogeré en la universidad, ¿de acuerdo?
—Está bien. Realmente necesito irme ahora, pero primero...
Y Chay lo besa suavemente de nuevo. Es un beso dulce y Kim está tratando de no pedirle más a Chay, pero es difícil. La boca de Chay sabe a promesas, es más dulce que el caramelo. A Kim le encanta el sabor de Chay por la mañana y ahora mismo, mientras Chay se aleja de él, no sabe cómo sobrevivirá a sus malditas reuniones de negocios hasta que la tarde le devuelva a Chay por fin.
