¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Si estuvieras en mi corazón por un día, tendrías una idea de lo que siento cuando me abrazas fuertemente a ti de corazón a corazón.
Hay algo misterioso en el resplandor que viene después de sus noches de amor. Es la forma en que la piel desnuda de Chay parece brillar en la oscuridad. Es la forma en que el cabello de Chay está todo desordenado. Se trata de sus labios rojos e hinchados después de tantos besos.
Kim piensa que la gente le da demasiada importancia al pico del placer pero nadie habla de lo que queda después.
Para Kim, no hay otro momento en el que ame más a Porchay que después de que ambos hayan creado el amor con sus cuerpos. En ese instante, todo parece mágico y Kim no sabe si todo es real o solo está soñando porque Porchay es hermoso.
En ese mismo momento, el pecho de Porchay está sobre el suyo y sus corazones parecen latir al mismo ritmo, están cantando. Ambos están sonriendo y Kim dice cosas dulces que creía que nunca le diría a nadie.
Porchay está ahí, le está tocando la cara y su toque suave conmueve a Kim hasta la raíz. Las manos de Chay son generosas, le dan a Kim todo: amor, pasión, fuego, un refugio. Las manos de Chay son su milagro personal y, a veces, Kim desea poder quedarse allí para siempre, en las manos de Chay, fingiendo que no hay nadie más que él y Chay en un mundo que comienza y termina en su cama.
Kim suspira. Le está diciendo a Porchay cuánto lo ama. Le está contando cómo Porchay ha transformado su esencia misma: donde antes había oscuridad ahora solo hay luz; donde antes solo había odio, ahora habita un amor tan grande como una galaxia de estrellas ardientes.
Y Kim no sabe cómo traducirlo todo en palabras.
Desea que Porchay pueda habitar su corazón por un día, solo por un día para que Porchay pueda saber el tipo de magia que su existencia hace sentir a Kim.
—Te amo mucho— dice Kim pero esas palabras nunca serán suficientes.
—Yo también te amo mucho—, dice Chay a su vez y Kim se pregunta si Porchay también está luchando por poner sus sentimientos en las palabras precisas.
Pero luego Porchay simplemente lo besa y sus cuerpos comienzan a hacer nuevas melodías y amor y las palabras ya no son necesarias. Y ahí están los dos: creando canciones de amor que nadie más que ellos en el mundo escuchará.
