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La pálida luz de la luna va dibujando formas sobre la piel desnuda de Chay. El chico cuyo cabello negro cubre su frente está dormido. Está respirando lentamente, descuidadamente como si estuviera en un lugar seguro.
-Y ahora está en un lugar seguro- murmura Kim y una dulce sonrisa, el tipo de sonrisa que el mundo exterior nunca conocerá, el tipo de sonrisa que crees que un hijo de la mafia no es capaz de producir, aparece en sus labios.
Por supuesto, Kim es capaz de sonreír así gracias a Chay.
Chay es el secreto detrás de la felicidad que se esconde en su sonrisa.
Pensando en eso, Kim deja que sus ojos se desplacen por la suave piel de Chay. Chay es suave en todos los lugares correctos. Chay también es fuerte, los músculos de su abdomen son duros y la mirada de Kim se queda ahí por un buen rato. Se imagina que las yemas de sus dedos están ahí: juegan y dibujan imágenes de un futuro mejor con la luz de la luna iluminando todo el cuerpo de Chay.
Kim sabe que ama de verdad a Chay, le gusta estar con él de esa manera pero además la palabra amor no parece ser suficiente para describir el sentimiento infinito que lo inunda cada vez que está cerca de Chay.
Kim adora a Chay.
Kim respira por Chay.
Chay es la única buena razón para seguir viviendo y despertar todos los días.
Está vivo porque Chay está en su vida e incluso cuando estas palabras pueden sonar exageradas y cursis, Kim sabe que son dolorosamente ciertas. Él ama a Chay. Ni siquiera sabía que era capaz de amar a alguien, pero sabe que ama a Chay.
-Dime todas las formas de amarte- susurra Kim mientras su brazo derecho rodea la cintura de Chay y el chico deja un suave beso en la frente de Chay.
-Ya las conoces a todas- responde Chay con una voz adormilada y adorable.
Kim se echa a reír porque lo han atrapado. Chay no ha perdido el hábito de fingir estar dormido cuando está en sus brazos, pero a Kim no podría importarle menos.
Chay tiene razón, Kim ha aprendido a amarlo profundamente y a propósito pero, ¿Quién sabe? Mientras las manos de Chay dibujan estrellas en su piel y los labios de Chay le hacen ver galaxias detrás de sus párpados, Kim piensa que tal vez seguirá aprendiendo nuevas formas de amar a Chay.
