123: Si Pudiera Decirle

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—Eres muy popular entre las chicas de mi escuela, P'Kim, ellas no dejan de hablar de ti—dice Chay intentando sonar natural pero su voz suena algo aguda, cosa que hace que sus mejillas se sonrojen

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—Eres muy popular entre las chicas de mi escuela, P'Kim, ellas no dejan de hablar de ti—dice Chay intentando sonar natural pero su voz suena algo aguda, cosa que hace que sus mejillas se sonrojen.

Lo que está diciendo no es del todo mentira pero es su corazón el que habla por él y ya no puede callarlo. Tiene que expresarlo de alguna forma. Tiene que decirle a Kim acerca de lo que siente aunque sea de esa manera indirecta qué acaba de inventarse mientras sus dedos tocan de forma distraída las cuerdas de la guitarra que Kim le regaló hace semanas.

—¿En serio? ¿Qué es lo que dicen?— pregunta Kim y Chay sabe que él está mirándolo de forma fija y es por eso que el chico no se atreve a levantar los ojos de su instrumento musical.

Una sonrisa que Chay no puede ver se forma en los labios de Kim. Él lo sabe, de hecho le aterra y le fascina saberlo, que seguramente es Chay quien no puede dejar de hablar de él y Kim sabe que si él fuera un chico normal y tuviera un amigo con el cual hablar, tampoco se callaría acerca de todas las cosas hermosas e intensas que Chay le hace sentir. Quizá es por eso que ha escrito una canción tras otra después de cada encuentro con Chay. Las horas que pasa a su lado son como un regalo, es como estar en medio de una burbuja donde nada puede salir mal. Y aunque sabe que no debe hacerlo, Kim lo disfrutará y seguirá escribiendo canciones acerca de la cara tierna y dulce de Chay o de sus manos y de cómo éstas se están volviendo expertas en crear música inolvidable.

—Dicen que eres el hombre más hermoso que han visto- continua Chay—. Pero no es eso lo que les ha robado el corazón sino tu música. Ellas dicen que tu música acaricia el corazón, que lo conforta. Dicen que escucharte cantar es como poder dejar que un bálsamo se derrame en todas tus heridas. Tu música es de verdad especial para ellas.

—Me siento halagado—dice Kim de forma sincera porque saber eso lo conmueve. De alguna manera, poder hacer qué alguien se sienta feliz con sus canciones, siempre le ha hecho sentir que su existencia tiene sentido— ¿Tú les has hablado de mí?

—No, no, claro que no— dice Chay y sonríe de forma nerviosa—. Creo que jamás me creerían si les digo que WIK es mi tutor de guitarra. Además, no quiero hablarles de ti, estar contigo es algo mío nada más. Es decir, si les cuento acerca de lo amable y atento qué eres, de lo hermoso que luces al hablar de algo que te apasiona y de cómo guías mis manos de forma paciente y cálida, ellas se enamorarían aún más de ti y yo no podría...

Chay interrumpe su discurso de pronto. Sus mejillas arden y sabe que no podrá mirar a Kim a los ojos después de decir lo que ha dicho. Sí, habló de más pero ya es muy tarde para remediarlo.

—Cuando tú tengas fans, yo sí hablaré de ti— dice Kim con una sonrisa tan brillante que hace que Chay levante la vista y se sienta deslumbrado al ver tanta luz en el rostro de Kim—. Les diré que eres valiente y que jamás te rindes. Les diré que tienes la sonrisa más linda del mundo entero cuando algo te sale bien. Les diré que luces encantador cuando te concentras y parece que estás volando lejos de este mundo. Un día, le contaré al mundo que vi los inicios de la carrera de Porchay Kittisawat y ¿Sabes algo? Voy a disfrutar que todos se mueran de envidia cuando me vean a tu lado y sepan que pasé miles de horas contigo.

—P'Kim está exagerando— dice Chay pero cada palabra de Kim ha desordenado todo en su corazón con la fuerza de un huracán.

—Sólo digo la verdad- dice Kim con el corazón agitado por su torpe confesión—. Por cierto, ¿Cómo va todo con tu canción de amor?

Chay suspira y sin dejar de sonreír, le dice a Kim que todo va bien pero que no quiere mostrarle un avance a Kim aún, quiere terminar su canción primero. Kim sonríe y los dos siguen hablando de mil cosas con sus corazones ardiendo de ese amor tímido que brota sin que ninguno de los dos pueda evitarlo. Quizá algún día podrán decirle al otro lo que sienten sin temor. Quizá algún día, podrán confesar sus sentimientos sin tener que esconderse.

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora