101: Y no importan las palabras envenenadas, mis besos son el antídoto.

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Las palabras en la pantalla de su celular están causándole dolor

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Las palabras en la pantalla de su celular están causándole dolor. Chay sabe que vienen de personas que no conoce y que no lo conocen del todo pero aun así hay algo rompiéndose dentro de su corazón.

Es evidente que ahora que él y Kim han hecho pública su relación ninguno de los dos estaría exento de recibir mensajes como aquellos:

Eres tan poca cosa.

Hay cien como esos.

No sé qué es lo que ve WIK en ti, eres un chico ordinario y sin talento.

Chay contó diez así.

¿No puedes desaparecer de la vida de WIK otra vez? ¿Por qué te quedaste?

Ese es su favorito, el más original de todos para ser sincero.

Y Chay sabe que no debería seguir leyendo pero hay un hashtag creado especialmente para decir cosas horribles de él y Chay sigue leyéndolas todas porque no tiene autocontrol y hay algo fascinante en tanto odio reunido en un solo lugar. Es la primera vez que Chay tiene que lidiar con algo así y aunque muchos de los mensajes duelen, le alegra descubrir que puede soportarlo.

Sin embargo, Chay se queda pensando en que hay algo cierto en todas esas palabras. A veces él tampoco puede evitar preguntarse qué demonios vio Kim en él como para hacer todo lo posible por tenerlo en su vida. A veces él también se siente ridículo y tan poca cosa y puede jurar que en la universidad hay al menos veinte chicos y chicas con más talento del que él jamás tendrá. Todos ellos, todas esas personas que están escribiendo cosas tan desagradables tienen razón y quizá eso es lo que duele.

—¿Ángel? ¿Estás aquí?— pregunta la voz de Kim de pronto y Chay siente que su corazón deja de doler con la sola presencia de Kim quien ahora le sonríe y corre a abrazarlo como si hubieran pasado cien años desde la última vez que estuvieron juntos y no apenas unas horas.

—Bienvenido, P'Kim— dice Chay antes de que Kim lo bese con suavidad y sí, definitivamente su corazón duele un poco menos.

—¿Qué estabas haciendo? ¿Tienes demasiada tarea?— pregunta Kim y toma su mano sin dejar de sonreírle.

—No, en realidad terminé hace rato— dice Chay—. Estaba perdiendo el tiempo en realidad, ¿sabes? Me distraje leyendo los comentarios en ese hashtag que crearon tus fans, ya sabes.

—¿Cuál hashtag?— pregunta Kim con seriedad y Chay se sorprende al ver como toda la dulzura y ternura con las que Kim suele hablarle se desvanecen de pronto para darle paso a la frialdad del hijo menor de una familia de la mafia.

Y sin que Chay pueda detenerlo, Kim saca su teléfono del bolsillo de su chaqueta oscura y comienza a leer los comentarios. Los ojos de Kim están ahora llenos de incredulidad. Su sonrisa ha desaparecido y Chay siente un dejo de terror cuando nota que Kim está contestándole a todo el mundo utilizando la cuenta oficial de WIK y eso no puede estar bien y seguramente Kim tendrá problemas con su publicista por culpa suya.

—¿Cómo se atreven a decir que eres poca cosa?— dice Kim mientras sus dedos siguen escribiendo a toda velocidad sobre la pantalla de su teléfono—. Eres lo mejor que me ha sucedido en la vida y lo estoy diciendo en serio. En mi corazón primero estás tú y luego mi música y después todo lo demás pero sin ti nada tendría sentido, Porchay, nada. Así que estas personas tienen que saberlo porque no voy a permitir que sigan diciendo estupideces. De mi pueden decir lo que les venga en gana pero no de ti, ángel.

Chay se siente conmovido por las palabras de Kim y lo toma entre sus brazos con fuerza haciendo que la sonrisa vuelva a los labios de su amado quien no ha dejado de escribir. Y ahora Chay se siente preocupado porque no quiere que los fans de WIK se enojen más con él y por un momento, Chay teme que Kim esté siendo cruel con ellos pero cuando sus ojos se posan en la pantalla del teléfono una vez más, se da cuenta de que Kim está respondiendo a cada mensaje de odio con una foto de los dos juntos y la misma frase: lo amo, no necesito explicar nada más. Si no puedes amarlo está bien pero no puedes ser mi fan si odias a la persona de la cual nace mi música.

Chay sonríe y pone su mano sobre la de Kim para pedirle que deje de responder.

—Para, no es necesario que respondas a esos mensajes— dice Chay y besa la mejilla de Kim con profunda adoración—. Yo sé todo eso, sé que me amas. Mientras tú me ames, no me importa lo que diga el mundo entero, P'Kim.

—No quiero que nada de eso te dañe— dice Kim olvidándose del teléfono para rodearlo con sus brazos—. Tengo que protegerte de tanta locura.

—Está bien, en serio. No me importa, P'Kim, no me importa nada.

Kim sonríe y vuelve a besarlo y Chay siente que ese beso, dulce y profundo, es como un antídoto para todo el veneno del mundo exterior que ahora mismo puede seguir atacándolo.

¿Qué más da? Kim lo ama, eso es lo único que importa. 

NDA: ¡Estamos de vuelta! Una disculpa por la demora. Ojalá les haya gustado este capítulo :D 

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora