12: Y Todos Los Corazones En La Habitación Se Derretirán

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Ha sido una boda preciosa

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Ha sido una boda preciosa. Los invitados de Kinn y Porsche han estado disfrutando de la gran fiesta que Tankhun diseñó con esmero y esplendor para los recién casados. Ambos novios se han ido más temprano esa noche y en medio de la pista de baile del salón solo hay algunas parejas bailando.

La mayoría de las personas que permanecen en el lugar miran a un par de hombres que se balancean en los brazos del otro. Todo el mundo los conoce. Todo el mundo sabe que tal vez, la próxima boda de la familia Theerapanyakul sea aquella en la que los novios serán ellos dos.

Kim sonríe cuando escucha los susurros que dicen lo mismo que ha estado pensando desde que Chay atrapó el ramo de flores de Porsche en sus manos. Se casaría con el hombre que está sonriendo frente a él. Se casaría con Porchay Kittisawat incluso si el matrimonio nunca ha sido un sueño para él. Pero de repente, ese tipo de futuro está dibujado en los ojos de Chay. Si es con Chay, Kim haría lo que fuera necesario para mantenerlo a su lado.

Y es que Kim puede ver una vida juntos en los ojos de Chay. Kim puede ver días felices y noches apasionadas; se imagina una casita en un lugar tranquilo cerca de la playa, tal vez puedan adoptar un gato ya que Chay los ama. Kim puede verse envejeciendo con Chay a su lado, ambos escribiendo canciones de amor y emborrachándose de música y amor. Kim puede verse a sí mismo enamorándose de Chay de nuevo, todos los días. Sí, algún día se casará con Porchay y dejará que Khun se gaste su herencia en una fastuosa boda para los dos y no puede estar más seguro que en ese mismo momento cuando Chay sonríe seguramente imaginando las mismas cosas que está viendo en su mente sobre él.

—¿Sueno como un romántico sin esperanza si digo que quiero tener un día como este algún día?—susurra Chay y Kim sonríe tiernamente.

—¿Un día para que seas el hombre más guapo de la Tierra? Eso es injusto, Porchay, eres así todos los días de tu vida— responde Kim mientras las mejillas de Chay se sonrojan.

—Eso no es de lo que estoy hablando, Kimhan— dice Chay con un puchero.

—¿De qué estás hablando entonces, ángel?— pregunta Kim incluso cuando sabe la respuesta perfectamente.

—Yo también quiero tener una boda así. Quiero los trajes, las flores y la ceremonia. Quiero que nuestra familia y amigos estén sonriendo mientras pronuncio mis votos. Quiero lanzar un ramo de flores directamente a las manos de Tankhun. Quiero fotografías, miles de fotografías que nos haría Pete. Quiero poner un anillo en tu dedo y quiero que todos sepan que solo te amaré a ti por el resto de mis días porque...

Chay se detiene abruptamente en medio de su discurso. Nunca ha tenido miedo de decirle a Kim lo que está pensando o sintiendo, pero esta vez piensa que tal vez ha cruzado una línea invisible porque quizá Kim no está soñando con una boda. Tal vez Kim no tenga el mismo deseo que él.

—Yo también quiero eso— dice Kim haciendo que los ojos de Chay brillen con su respuesta—. Quiero ser el novio en todas las fotos de tu boda.

—Esta ha sido la peor propuesta de matrimonio de la historia— dice Chay antes de besar suavemente los labios de Kim—. Pero te lo compensaré pronto, lo prometo.

—El día de nuestra boda, todos los corazones en la habitación se derretirán—. Dice Kim con una dulce sonrisa en sus labios—. El mío será el primero porque hablo en serio cuando digo que eres el hombre más hermoso del universo y cuando te vea con tu traje de novio, vamos, Porchay, voy a tener un ataque al corazón.

Chay sonríe y vuelve a besar a Kim, esta vez más profundo porque aun cuando no ha sido la propuesta de matrimonio que siempre ha imaginado, es hermoso saber que Kim quiere estar con él eternamente y para siempre también. Chay está feliz de saber eso. Chay siente que su propio corazón se derrite ante la sola idea de una boda de cuento de hadas para él y para Kim.

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora