176: Me pongo de malas

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—¡Kim, aquí estás!— dice Chay y camina hacia él.

Lo primero que el chico hace cuando se encuentra a su lado, es rodear el brazo de Kim con el suyo como si quisiera dejar en claro a quién le pertenecen esos brazos.

Kim sonríe sin poder evitarlo, es obvio que Chay está celoso.

Hasta hace unos minutos, Kim había estado hablando con dos de las artistas que colaboran con él en su nuevo álbum. Era una plática normal, una plática de negocios. Sin embargo, los ojos de Chay no dejaban de seguirlo, Chay seguramente estaba preguntándose por qué no había corrido a su lado cuando lo vio llegar.

Kim sabe que es estúpido, pero los celos de Chay le parecen adorables. Su novio parece reclamar el espacio a su alrededor con su cercanía. Es como si no pudiera tolerar la idea de más personas interviniendo en el campo de visión de Kim. Es lindo, piensa Kim, porque Chay ni siquiera se da cuenta de que lo hace, de que sus dedos se aferran a Kim como si quisiera mantenerlo a su lado, como si temiera que alguien pudiera arrebatarlo de su lado. Chay está diciéndole al mundo entero que Kim es suyo y eso es embriagador de alguna manera. Y es que Kim jamás le había pertenecido a alguien, no de ese modo, no con tanta intensidad y seguridad.

—Hola ángel— dice Kim y besa la mejilla del chico con suavidad—. Llegaste temprano. Estaba hablando con P'Sun y P' Rin acerca de los arreglos del último sencillo.

—¿Sí?— pregunta Chay con una sonrisa satisfecha.

—Sí, Porchay, pero ya terminamos— dice Sun, una mujer de mediana edad que les dedica una mirada enternecida—. Ya puedes llevarte a Kimhan, se estaba poniendo de malas de todos modos.

—¿Por qué?— pregunta Chay con verdadera curiosidad.

—Se pone de malas cuando lo apartamos demasiado rato de tu lado— dice Rin y las dos mujeres sonríen con complicidad—. Creo que los dos no pueden pasar mucho tiempo separados.

Las mejillas de Chay se sonrojan y Kim les pide a las dos mujeres que no lo delaten delante de Chay. Los cuatro intercambian un par de bromas más y las cantantes finalmente se despiden dejando a los dos chicos uno muy cerca del otro, sin soltarse, es como si fueran dos imanes atrayéndose inevitablemente.

—Así que te pones de malas cuando no estoy cerca de ti— dice Chay con una sonrisa orgullosa.

—Claro que sí, no me hace bien extrañarte— dice Kim y rodea la cintura del otro chico con sus brazos.

—Me extrañas tanto que te pones de malas, ¿eh? Eso es nuevo— dice Chay y luego ríe de forma satisfecha.

—Y tú te pones celoso de las personas que se acercan a mí— dice Kim riendo divertido—. Eso es adorable.

—No estaba celoso, es solo que...

—¿Qué?

—También me pongo de malas cuando hay demasiadas personas cerca de ti— confiesa Chay con las mejillas sonrojadas—. Hace muy poco tiempo que te tengo solo para mí, no quiero que nadie me robe eso.

—Nadie te robará nada, ángel— dice Kim con ternura—. Soy solo para ti siempre, ¿está bien?

Por toda respuesta, Chay se aferra a Kim con fuerza y lo besa de lleno en los labios y Kim sonríe antes de entregarse de lleno a ese beso que le recuerda que, en esta vida, sus labios serán de Chay y solo de Chay hasta que el tiempo de los dos llegue a su final.  

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora