163: Desmayo (día 21)

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—Ángel

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—Ángel...— dice Kim con voz temblorosa—. Ángel, oh dios.

—¡P'Kim!

El cuerpo de su amado cae al suelo con un golpe seco y Chay no sabe qué hacer más que correr hacia él. A su lado, los guardaespaldas se unen a su carrera alocada para poder llegar hacia Kim quien sigue inconsciente en el suelo.

Chay lo toma con suavidad entre sus brazos. La piel de Kim se siente fría, pero de no ser por el desmayo, luciría normal. Chay se siente completamente asustado y no puede entender qué es lo que esta pasando. Antes de desmayarse, Kim lucía sumamente asustado, era como si estuviera viendo un fantasma o algo peor.

—Tenga señor, acerque estas sales a su nariz— dice Arm de forma eficiente—. Eso bastará para despertarlo.

—¿Qué está pasando, Arm?— pregunta Chay intentando que su mano no tiemble al acercarla al rostro de Kim.

—Big dice que alguien llamó al señor Kimhan— dice Arm—. Le dijeron que usted...

—¿Qué yo qué?

—Que había sido atacado en un centro comercial— dice Arm—. Le dijeron que usted murió en el ataque. La persona que lo llamó usó la voz del señor Khun, no sabemos cómo lo hizo, pero fue por eso que el amo Kim creyó en lo que le dijeron.

—Oh por dios— dice Chay y siente que él mismo está a punto de desmayarse.

Debió ser horrible para Kim escuchar eso. Debió haber sido devastador y enloquecedor porque si alguien le hubiera dicho algo así acerca de Kim, él habría terminado fulminado en el suelo sin posibilidad alguna de levantarse. Es en ese momento que los ojos de Kim comienzan a abrirse y cuando se posan en él, el hombre se apresura a tocar su rostro como si quisiera comprobar que es verdad.

—Eres tú, estás bien— dice Kim en medio de un llanto ahogado y terrible que hace que el corazón de Chay se rompa en mil pedazos.

—Estoy bien, mi amor, lo juro— dice Chay de forma suave, pensando que tiene que ser fuerte por Kim.

—Nadie te apartó de mi lado, nadie te hizo daño— susurra Kim en medio de sus sollozos—. Pensé que moriría, pensé que te había perdido. Ángel, no puedo perderte, no puedo.

Chay lo abraza con fuerza porque hay demasiado dolor en sus palabras. Kim se aferra a él como si no quisiera soltarlo nunca. Y Chay repite que está bien una y otra vez. Le jura a Kim que nadie los separará, le jura que nada malo pasará. Nadie romperá lo que los une, ya no y eso es lo que Chay está intentando decirle a Kim con sus brazos y con sus labios. 

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