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—¿Quién era la persona sobre la que solías escribir tus canciones de amor cuando yo no estaba aquí?— pregunta Chay y Kim sonríe sin poder evitarlo.
Esa pregunta no ha pasado por su mente antes.
No solía escribir canciones de amor pensando en una persona en específico.
De hecho, Kim solía escribir canciones de amor pensando en una idea general. Escribía sobre el amor como quien escribe sobre el mar sin haberlo visto antes. Kim solía escribir sobre el amor solo porque todos hablaban de eso. Era el ingrediente principal de todos los éxitos de la radio. El amor era lo que la mayoría de la gente deseaba así que Kim simplemente cantaba acerca de eso.
¿Qué era el amor antes de Chay? Kim no lo sabe. Antes de Chay, pocas cosas tenían sentido para él y el amor no tenía rostro ni nombre para él.
—Nadie— responde finalmente Kim.
—¿En serio?
—Sí, lo juro.
—Siempre pensé que estabas enamorado de alguien maravilloso. Siempre pensé que tenías a una persona perfecta a tu lado.
—No fue así, ángel, pero ahora sí que tengo a una persona perfecta a mi lado.
—¿Soy yo?— pregunta Chay con ojos brillantes.
—Siempre has sido tú, ángel.
—Pero tú no me conocías...
—¿Y qué? Tal vez te estuve buscando desde siempre, tal vez escribí todas esas canciones para llamarte a mi lado.
—Funcionó, estoy aquí.
—Y ahora toda mi música te pertenece y también mi corazón.
—Escríbeme una canción de amor todos los días, ¿quieres?— dice Porchay sonriendo alegremente.
—Lo haré, Porchay. Siempre.
Ambos sonríen. Kim está seguro de que puede escribir una canción de amor tras otra con la única condición de hacer sonreír a Chay del modo en el que sonríe justo ahora. Chay es su musa. Chay es la razón por la que su música será inmortal en realidad.
