192: Habitación escondida (Día 12)

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Kim y Chay miraban el cuarto con los ojos abiertos de sorpresa. Decir que se habían perdido de camino a la sala de reuniones en la casa de la familia secundaria hubiera sido mentir, pero lo cierto es que ninguno de los dos había planeado llegar a lo que parecía ser nada más y nada menos que la habitación donde Vegas y Pete solían divertirse, o bueno, donde Vegas solía divertirse torturando a Pete.

Y es que la alcoba parecía un calabozo abandonado donde solo una cama y varias cadenas podrían narrar el tipo de escenas sórdidas que habían ocurrido en aquel lugar. Al parecer Vegas también había olvidado uno que otro látigo y varios cuchillos largos y oxidados que le daban un aire tétrico a ese lugar.

—Pensé que era una broma— dijo Chay con las mejillas sonrojadas.

—¿Qué cosa, ángel?

—Que tu primo es, bueno, era... Kim, ¿toda tu familia es así? — peguntó el chico con timidez.

—¿Que si todos somos unos sádicos de mierda? — preguntó Kim riendo divertido mientras Chay asentía con un dejo de vergüenza—. Creo que Vegas siempre fue el mejor en ese departamento. Khun es más bien juguetón y sin duda Kinn tiene algo de eso, ya sabes, el cabeza de familia crece rodeado de violencia así que bueno, supongo que algo de eso debe permear en los juegos de alcoba. Tendrás que preguntarle a Porsche.

—¡Oh no, no quiero preguntarle nada! — dijo Chay con espanto—. Kim... ¿a ti te gustaría...? Rayos, olvídalo.

—¿Qué si me gustaría atarte a esa cama? — preguntó Kim con aire seductor mientras se acercaba al rostro de Chay— ¿Crees me gustaría verte ahí, rendido ante mí, rogándome por tocarte porque tus manos están atadas? Oh, Chay, ¿a ti te gustaría? ¿Te gustaría atarme y someterme a ti? Yo lo haría, ángel, no tendría miedo si se trata de ti. No me importaría el dolor si tú...

—No, no quiero lastimarte— dijo Chay de forma dulce—. Pero si tú quisieras, bueno, experimentar... oh, Kim, tampoco me importaría nada mientras fueras tú.

—Quizá algún día, quién sabe— dijo Kim acariciando su rostro, sintiendo que las palabras de Chay habían sido sinceras y llenas de amor—. Y ahora, salgamos de aquí antes de que Khun piense que vinimos aquí buscando el templo del placer de nuestro primo.

Chay rio de forma divertida y ambos chicos salieron de aquella habitación escondida sabiendo que, mientras el otro no soltara su mano, estaba bien descubrir las aventuras que el mundo tenía para mostrarles a los dos. 

KimChay MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora