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Kim siente que su corazón abandonará su pecho en cualquier segundo.
El aire frío de un día de otoño en suelo estadounidense golpea su cara con violencia, pero eso no le preocupa tanto. Lo que le preocupa es que Chay ha desaparecido de su vista, no puede encontrarlo. Lo que le preocupa es que Chay se soltó de su mano y Kim se distrajo un minuto, pero eso fue suficiente para perderlo de vista en ese enorme laberinto esculpido en medio de una plantación de maíz que Chay quiso visitar porque "bueno, es una atracción muy popular, P'Kim, no podemos perdernos algo así ya que estamos aquí."
Pero ahora mismo Kim siente que va a desfallecer porque lleva casi media hora dando vueltas como un estúpido sin saber a dónde va. Kim solo siente ganas de gritar, sabe que debe intentar calmarse para poder encontrar el camino correcto que lo llevará a la salida del laberinto y pedir ayuda, pero no puede. No puede hacerlo porque de pronto vienen a él todos los recuerdos de aquel día en el que alguien le arrebató a Chay. No puede hacerlo porque el mismo terror de aquella vez se apodera de sus entrañas y no puede evitarlo porque si acaba por perder a Chay en un país extranjero no podrá perdonárselo nunca. De seguro alguien se aprovechó de la falta de seguridad alrededor de los dos, él sabe que Chay y él bajaron la guardia durante ese viaje. Seguramente los enemigos de su familia quieren hacerle daño ahora que todo parece ir tan bien y estar tan en paz. Y el miedo se hace más grande y Kim aprieta los dientes para no ponerse a maldecir en voz alta.
El chico tiene que detenerse y sostenerse de una de las altas paredes verdes del laberinto que en realidad forman la figura de un gatito, esa fue la principal de las razones por las que Chay insistió tanto en ir a vivir una experiencia de otoño así. Kim se siente mareado y le falta la respiración. Kim siente que va a desmayarse, pero no puede permitírselo. Tiene que ser fuerte, demonios, tiene que seguir corriendo para encontrar a Chay y ponerlo a salvo de cualquier cosa.
Es así como Kim comienza a caminar, primero despacio y luego, a medida que comienza a sentirse más seguro, el chico echa a correr a toda velocidad y después choca con alguien con demasiada fuerza y Kim quisiera gritarle al estúpido que colapsó con él una sarta de maldiciones pero después se da cuenta de que ha chocado con Chay nada más y nada menos y aunque también quisiera regañar a Chay por caminar sin él en un lugar desconocido, todo en el cuerpo de Kim hace que el chico corra a abrazarlo y se aferra a él como si no lo hubiera visto en mucho, mucho tiempo.
—No me hagas esto, ángel— dice Kim y su voz se rompe—. No me vuelvas a hacer esto jamás.
—Lo siento, P'Kim— dice Chay un poco asustado—. Perdóname, no debí alejarme. Estoy bien, ¿sí? Por favor perdóname, lamento haberte preocupado.
—Tenía tanto miedo...— susurra Kim.
—Lo sé, lo siento— dice Chay mientras acaricia su espalda—. Ya estoy aquí, ¿no es cierto? Ya estoy aquí, P'Kim, no volveré a irme. No me alejaré.
—Chay...
Kim no sabe qué más decir así que simplemente se aferra con todas sus fuerzas a Chay intentando llenar sus pulmones del dulce aroma del otro joven quien sigue susurrando que todo está bien y que lo siente. El miedo va disipándose poco a poco pero ahora Kim lo sabe, está seguro de ello: si alguien vuelve a arrebatarle a Porchay, no podrá sobrevivir.
NDA: La verdad no tenía ni la más mínima idea de qué escribir con el tema de hoy y me salió un capítulo medio triste xD Espero que les haya gustado y según Google esto es un laberinto de maíz, se supone que pueden tener muchas figuras y así:
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