UN LUGAR SEGURO

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  Jazmín
  La pregunta de mi madre, la seguridad que sentía en ese momento me hizo quebrarme, comencé a llorar como lo hacía de niña, mi madre me abrazo, con fuerza, cuando estuve más tranquila ella dijo.
 
  - Siempre estaré para ti- bese su frente- para ustedes- toque su pancita.
 
  - Gracias- seque  las lágrimas que recorrían mis mejillas, me quede cerca del balcón.
 
  - Ahora vuelvo traeré te- ella me sonrió, yo camine hacia el interior de la casa, quise darle su espacio.
 
  - Si, madre- me quedé ahí esperando por mi madre, con la vista hacia el enorme jardín que adornaba esa casa, donde crecí, mi lugar seguro pensé, a lo lejos mi padre se acercaba, su cabello plateado, su rostro con algunas arrugas, me sonrió a lo lejos, yo camine a su encuentro, estando cerca lo abrace, con fuerza y comencé a llorar, entre sus brazos me sentía segura, mi padre con esa voz fuerte que lo caracteriza dijo.
 
  - ¿Qué sucede mi amor? - le pregunté, ella se separó de mí, sus ojos cafés llenos de lágrimas, en ese instante pude ver a mi niña, la niña que me esperaba al volver del trabajo, la niña que me veía como su protector , como su héroe,  sequé sus lágrimas, me miró a los ojos, una sonrisa se dibujó en sus labios, un brillo especial.
 
  - Padre- sonreí- serás abuelo- cuando dije eso él me abrasó con fuerza, entre lágrimas él me decía.
 
  - Me alegra tanto esta noticia- la abracé con fuerza- siempre soñé con ver esta casa llena de nietos, escuchar una Jazmin diciéndome abuelo- me sentía feliz – haremos una casa en el árbol, pondré un columpio de aquel lado- Jazmín me miró.
 
  - Padre aún falta mucho tengo un par de meses de embarazo- mi padre me abrazo.
 
  - El tiempo pasa muy rápido- la mire- tú creciste muy rápido- mi tono melancólico, caminamos hacia la entrada de la casa, mi esposa preparaba el té, ponían la mesa, bese los labios de mi esposa.
 
  Flor
  El fin de semana más largo de mi vida, yo seguía bebiendo, escuchando música, viendo las horas pasar tan lentas, deseando que fuera domingo.
 
  Jazmín
  Tome una ducha de agua caliente, al salir me puse el pijama, me mire al espejo, mi vientre no había crecido nada, supongo que aún es muy pronto, sonreí, tome el celular, me tome una foto, quería guardar cada momento con mi pequeño, sonreí, suspire, en tono muy suave dije: desearía compartir esto con Flor, quise marcarle, pero me arrepentí, coloqué el teléfono sobre la mesa de noche, me senté al borde de la cama, levanté la mirada, observé la luna, las estrellas, tocaron la puerta.
  - Pasa- empecé a mover mis almohadas, Erato estaba instalado en la cama, mi madre entró.
 
  - Hola preciosa- nos sentamos al borde de la cama.
 
  - Gracias por el día de hoy- tomé su mano- por la comida, los abrazos, todo su amor- sonreí.
 
  - Esta casa siempre será casa de los dos, en mi corazón tienen un lugar, y siempre serás bienvenida princesa- bese su mejilla.
 
  - Madre- ella me miró.
 
  - Dime, te escucho- la mire atenta, mi atención y mis sentidos concentrados en ella.
 
  - Estoy pasando por una situación difícil- deje caer los hombros, mi madre se acercó, tomo mi mano.
 
  - Todo tiene solución- la mire- se puede hablar y arreglar las cosas, tratar de ponerte en el lugar del otro mi amor- la mire, yo sabia que su pregunta tenía relación con Flor.
 
  - Si madre- agache la mirada- me siento confundida, no dudo de mis sentimientos, de mis intenciones, de mi proyecto de vida, pero- ella me miró.
 
  - Tú siempre te has guiado más por la razón que el corazón y tus desiciones siempre han sido para tu bien – acaricie su mejilla, yo sé que las cosas con Flor no van bien- siempre has hecho todo para estar bien, eres una mujer segura de sí misma, una mujer que se ama y se respeta a sí misma- bese su mejilla.
 
  - El último año todo lo he hecho y decidido con el corazón- la mire, buscando la respuesta en sus ojos, en sus palabras, me sentía perdida, en esta situación, mi desicion estaba dividida entre mi corazón y la razón.
 
  - ¿Y has sido feliz? - espere su respuesta, yo sostenía su mano , toda la conversación lo hice, era para darle seguridad y confianza a mi pequeña.
 
  - Si, mucho- dije sin pensarlo- pero ahora – guarde silencio- ahora me siento confundida, fuera de lugar, siento que me presicipite, que mi enamoramiento me llevo a tomar desiciones - mi madre escuchaba sin juzgar.
 
  - Mi amor no te juzgues no seas tan dura contigo, cuando estamos enamorados damos lo mejor de nosotros, nos hace ser mejores personas- le sonreí, coloqué mi mano en su pansita- ahora mi amor tienes la responsabilidad  de hacer feliz a dos personas- ella me miró confundida.
 
  - ¿Dos? - la miré, pensé que se refería a Flor y a mi hijo.
 
  - Si, mi amor tú y tu hijo- ella sonrió, yo la abrace.
 
  - Tienes razón- sonreí- tengo un enorme motivo para estar feliz, para seguir luchando y para ser mejor persona cada día- acaricie mi pancita- me hace tanta ilusión ser madre- suspire.
 
  - Serás una madre hermosa y yo ya quiero tener entre mis brazos a mi pequeño, eso si voy a consentirlo mucho- bese su mejilla.
 
  - Gracias mami- ella sonrió, beso mi frente.
 
  - Ahora trata de descansar, es importante dormir bien, comer a tus horas, cuidarte- guiño de ojo.
 
  - Dulces sueños madre- ella camino hacia la puerta.
 
  - Te amo princesas- Salí de la habitación, preocupada, pero también confiando en la madurez de mi hija, en su inteligencia y sabiduría.
 
 
  Jazmín
  A la mañana siguiente, me levanté temprano, fui a caminar en compañía de Erato, necesitaba aclarar mi mente, mis pensamientos, saber lo que quería en mi vida y lo que no, recordaba las palabras de mi madre, recordaba que debo hacer feliz a mi hijo, recordé cada momento vivido con Flor, también recordé que siempre está la sombra de Laura, la actitud de Andrea, quien por cierto no quiere un hermano, camine de regreso a casa, mientras le decía a mi bebé: a veces me voy a equivocar , no lo sé todo, pero siempre voy a hacer lo mejor para que tú estés bien, sé que estos meses han sido complicados , que me has escuchado llorar, pero estaremos bien mi amor, juntos contra el mundo.
 
  Flor
  Desperté al medio día, cuando mi teléfono sonó, abrí los ojos, lleve mis manos a los ojos, la cabeza me dolía, todo me daba vueltas, cuando logré abrir los ojos, me levante de la cama, me senté al borde, tome mi celular, deseaba que esa llamada perdida fuera de Jazmín, al ver el nombre de Laura, me desanime.
 
  Laura
  Le llame a Flor, quería escuchar su voz y la excusa perfecta fue Andrea, ella no respondió, deje mi celular sobre la mesa, serví el desayuno.
 
  Flor
  Me levanté, lavé mi rostro, fui a la cocina, preparé café, serví una taza, fui al comedor, tomé el celular, le marqué a mi esposa.
 
  - Hola, mi amor- suspire.
 
  - Hola Flor, buen día- suspire.
 
  - Te extraño, ya quiero verte- sonreí.

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